BCCCAP00000000000000000000994

188 LiZARO IJJí ASl'URZ 28 dos al local destinado a la predicación. Y una vez allí, no obstante las recomendaciones pontificias de que fuesen tratados con suavidad y respeto, tenían que aguantar muchas veces recriminaciones insul– tantes por parte de oradores desaconsejados. San Lorenzo logró no sólo hacerse escuchar con benevolencia, sino aun ganarse el afecto de gran parte de ellos, merced al ascendiente alcanzado ante los rabinos con el manejo del hebreo y al tono de fraterna cordialidad en que les hablaba. Hasta pudo lograr alguna que otra conversión. Los propios judíos le llamaban «nuestro predicador», y le: saludaban con venera– ción al encontrarse con él H. La predicación de carácter polémico ejercitóla sobre todo en los años de su apostolado en Europa central y se confunde con su acci6n en favor de la restauración católica, de que luego hablaremos. 3. - AL SERVICIO DE LA ÜRDEN Al observar de cerca la figura de san Lorenzo acude a la mente, sin esfuerzo, el parang6n con san Buenaventura: como él posee una profunda cultura centrada en los libros santos, como él realizaba la fórmula franciscana del estudio primum unctioni deinde speculationi, como él junta el saber teológico con la predicación, desempeña misio– nes públicas, polemiza, y finalmente, como él, se ve obligado a sacri– ficar en gran parte su labor intelectual y su acción apostólica para po– ner al servicio de la Orden sus dotes de gobernante en un momento delicado de la evolución definitiva. El primer servicio que la Orden exigió a san Lorenzo fue el del cargo de lector, que desempeñó por espacio de tres años, de 1583 a 1586. Este oficio acoplaba entonces las funciones de enseñanza, edu– cación y dirección espiritual de los jóvenes aspirantes al sacerdocio. Llegada la Cuaresma, se interrumpían las tareas escolares, y el lector, que siempre ostentaba el título de predicador, era encargado de algún púlpito importante. Nuestro Santo entregóse al lectorado con todo el ardor de sus 24 años y con toda la potencialidad de su ingenio. De ello es buena prueba el magnífico fruto que nos ha quedado de aquel tri- 34. Cfr. Urbis et Orbis..., 65, 68 - 70, 74 s, 77, 81 s, 84 s. El trabajo más completo sobre la predicación del Santo es el del Padre Gustavo CANTINI, OFMCap: S. Lorenzo da Brindisi predica/ore; en S. Lorenzo da Brindisi. Studi, 48 - 94.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz