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27 PERSONALIDAD Y MISIÓN 187 qué andáis diciendo que no son necesarias las obras, sino que basta la fe?» ª 3 • Tres formas de predicación integran la labor de san Lorenzo co– mo apóstol del púlpito: la predicación ordinaria a los fieles en los diversos tiempos y fiestas del año, la dirigiida a los judíos y la de éa– ráter polémico. En la primera ocupaba el lugar principal la llamada predicación cuaresmal, que solía ser diaria; nuestro santo añadía a veces otro sermón más cada día sobre la santísima Virgen. Sabemos que, no obstante sus ocupaciones primero como profesor y luego como supe– rior, predicó la Cuaresma en Venecia (1581, 1582), Verona (1583), Padua (1584), Pavía (1585), Bassano (1588), Cosenza (1589), Vicen– za (1597), Ferrara (1598), Nápoles (1605), Aversa (1606), Génova (1614), Mantua (1615), Verona (1616), ,M:ilán (1618), y muy probable– mente en Praga, ,M:unich o algun2. de las ciudades del Imperio, entre 1599 y 1610, ya que el Quadragesimale Quartum, cuyo manus•crito se ha conservado en Viena, supone palpablemente en el público un am– biente inficionado de luteranismo. El método en esta predicación era el homilético, consistente en tomar como tema el evangelio del día y comentarlo con aplicaciones dogmáticas y morales, y esto aun tratándose del panegírico de un santo. En virtud de un breve de Gregorio XIII, de 29 de agosto de 1584, en todas las localidades donde hubiese un número de ju<ffos suficiente para formar una sinagoga debía reunírseles semanalmente para dar– les una instrucción cuyo tema preferente había de ser la interpreta– ción mesiánica del Antiguo Testamento ; por lo mismo, advertía el Pontífice, en lo posible esta predicación debía encomendarse a quienes estuvieran bien pue~tos en la lengua hebrea. A partir de ese mismo año inició san Lorenzo su apostolado entre los judíos, y consta que lo hizo con gran éxito en las mismas ciudades donde predicaba la Cua– resma. Clemente VIII, que en 1592 urgió nuevamente las disposicio– nes de Gregario XIII, le encargó personalmente durante tres años seguidos la predicación a los hebreos de Roma. Se trataba de una labor partic:ilarmente comprometida. Los oyen– tes solían ser .sacados del ghetto por la fuerza y llevados entre solda- 33. Opera Omnia, IX, 505.

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