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186 l,i\ZARO Dli ASPURZ 26 tencia y, en los últimos años, por el reflejo incesante de los dolores de gota. Frente espaciosa, rematada por un débil mechón al co– mienzo de la noble calva, bordeada del cerquillo. Barba larga y fron– dosa, enteramente blanca al final de su vida. Ojos vivos y penetran– tes, que «parecían despedir como una llama de severidaid y de apacibilidad a un mismo tiempo, algo que atraía y aterraba, irra– diando un no sé qué de sobrehumano, que transparentaba su santidad interioni, según declaración de un testigo del proceso de Milán. A todo ese conjunto comunicaban «vis oratoria» las dotes tempe– ramentales. Una vez fundamentado sólidamente el discurso, daba rienda suelta al sentimiento, en un crescendo vehemente hasta la ex– plosión final. Por lo general el desenlace era un raudal de lágrimas que, inundando su rostro transfigurado y deslizándose visiblemente por la barba, contagiaba al auditorio y lo rendía a discreción. Pero en ocasiones las invectivas contra el vicio o el error, duras y arrolladoras, adquirían violencia de paroxismo, hasta terminar en un gesto espec– tacular, que aturdía por lo imprevisto. Sirva como ejemplo la réplica contra el predicante luterano Policarpo Leiser, en Praga, el año 1607. Había éste rehusado despectivamente la versión vulgata de la Biblia ; san Lorenzo, después de deshacer los argumentos teológicos del adver– sario con gran copia de citas directas de los textos bíblicos originales, terminó arrojando en medio de la concurrencia los volúmenes de que se servía, diciendo: - ((¡Ahí tenéis esos libros, que son la Biblia en hebreo, caldeo y igriego, única autoridad que admite Leiser : veréis cómo ni siquiera los sabe leer ! » 32 • A través de la redacción latina de sus sermones y homilías resulta difícil hoy adivinar tales arrebatos, confiados por lo común al fuego de la improvisación, pero algo nos dicen las pocas piezas que escribió en italiano, como aquella en que apostrofa a los fautores de la fe sin ohras : « ¡ Ea pues ! ¿ por qué andáis diciendo vosotros, malditos here– jes, árboles infructuosos, enemigos de toda justicia, hijos del diablo, bocas infernales, sinagoga de Satanás, sentina de todos los vicios, de– monios en carne humana, anticristos, verdaderos miembros de Sata– nás, vasos de perdición, cizaña destinada al fuego eterno, que conver– tís la gracia de Dios en lujuria y toda virtud verdadera en vicio, por 3;!. Referido por el mismo Santo en su Commentariolum de rebus Austri~ et Boihemi~ : Opera Omnia, X, pars II, 378.

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