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36 TARSICIO DE AZCONA ción para la inmunidad eclesiástica, que la declaró canónica por un decreto que enuncia, pero no copia. Se constata la propuesta para la erección de la custodia de Navarra en provincia, que pasó con la mayoría de votos. Las actas dan un estadíllo de las provincias, con el número de sus conventos y religiosos. Final– mente recoge el elenco de ordenaciones, pocas y de relativa importancia. Los datos más relevantes de esta versión oficial son la duda sobre la canonicidad del capítulo, a causa del breve pontificio, la contestación de las elecciones mayo– res, la vista de esta causa en la congregación y la sentencia de canonicidad. Conviene no olvidar este dato. Respecto de los bandos contendientes, surgirá el tema con reiteración en los párrafos siguientes. Cercana al acta oficial de la Orden puede considerarse la crónica del convento de la Inmaculada, de Roma, en el que se celebró el capítulo. Le dedica considerable atención y proporciona datos importantes. Dejamos de lado la primera alusión al abogado Quintilio, que dirigió un memorial al definitorio sobre la invalidez del último capítulo provincial de Roma. La crónica relata la presentación de credenciales por los vocales, acto defini– toria! en el que fueron contestados un custodio de Andalucía, sin duda el ?- lea, y otro de Aragón, que fueron habilitados por autoridad pontificia pro hac vice; así fue admitido también el provincial de Aragón. Las provin– cias ultramontanas, sobre todo las francesas y españolas, pugnaron con las italianas por la paridad de votos y la reclamaron ante la curia romana. El papa les complació pro hac vice, representando a cada provincia el provin– cial y dos custodios; cuantos superaban ese número fueron excluidos del todo. El protector Acciaioli, mirando por la buena marcha del capítulo, se entrevistó con los vocales varias veces. También el embajador, marqués del Carpio, « a persuasione di qualche religioso timoroso della sua poca fortuna » - clara alusión al P. Jerez - llamó a los vocales hispánicos y les prohibió la promoción de algunos sujetos conspicuos; esta iniciativa pareció censura– ble intromisión de seglares. Por tercera vez les reunió en el palacio del príncipe de Palestrina, y les ordenó que cumpliesen la voluntad del papa y del protector, y « resto con questo sopito qualche bisbiglio che si era gia levato in Capitolo ». El martes, 23 de mayo, el protector envió al general algunas proposiciones que miraban al buen gobierno de la Orden, que fueron examinadas por los vocales; se referían a la elección de cargos provinciales y locales y, en el fondo, a combatir la ambición que destruía el gobierno de la Orden « e lacerava totalmente lo spirito della medesima » 3 4. El mar- 34 Annali Tomo Terzo f. 32 (dactilogr. 40). El pasaje debe ser tenido en consideración para una visión pormenorizada de la Orden.

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