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32 TARSICIO DE AZCONA irreconciliables del P. lea con el general y en maledicencias en sus comunica– ciones a Roma; pero es cierto que algo cambió en la curia de la provincia de Castilla durante la estancia del P. Cesena en Madrid; de hecho, el P. Martín de Torrecilla fue• promovido a definidor general; un custodio, el P. Milán, se comportó de forma impensable, que le llevó a consecuencias dolorosas. Mas no adelantemos acontecimientos. b) Provincia de Andalucía: A ella pertenecían el P. Jerez, definidor general, y el P. José de lea; ambos van a comparecer con frecuencia en este estudio. No siendo éste momento de alusiones biográficas, hemos de centrarnos en lo esencial. Ya nos hemos referido a la iniciativa de sacar de Roma al P. Jerez, como émulo del general. Añadamos que, llegado a Madrid el P. lea, se concitaron contra él el ministro general y el provincial de Castilla 26 • Pasando por encima de numerosos detalles, el P. lea se em– peñó en descubrir en su correspondencia "tante premeditare machine" de sus superiores. Sostuvo la celebración del capítulo de Andalucía "da se", sin presencia de ningún visitador, tanto más que el nombrado había abando– nado la provincia y la visita. Aun sin estar el P. lea presente, fue elegido custodio de la misma para el capítulo de 1678. Esto sentó muy mal al P. Cesena , que esparció por Madrid un libelo contra dicho religioso y le incoó un proceso; no podía ser custodio, porque no podía viajar a pie hasta Roma. Más aún, el P. Torrecilla, provincial de Castilla, le intimó, por orden del general, ciertas cartas « per sindicarmi e sentenciarmi, tutto a fine ch'io non vada a Capitolo o almanco uada suergognato, affrontato e processato » 27 • Estos antecedentes tuvieron consecuencias graves para el capítulo, por el proceso que el P. lea sostuvo y ganó al P. Torrecilla ante la congregación de obispos y regulares y por la intervención del mismo en los asuntos de la Orden ante la corte. c) Provincia de Aragón: Esta provincia vivió largos meses de indecible sobresalto a causa de la canonicidad del capítulo provincial celebrado el 27 de mayo de 1677. Fue elegido Fr. Miguel de Alcañiz (o de Aragón) quien, con los PP. Iñigo de Huesca y Valero de Magallón, asistió al capítulo general de 16 78. Pero no sin pasar grandes peripecias judiciales en los tribu– nales romanos. Elevada por religiosos de la provincia una apelación sobre nulidad de elección ante la citada congregación, ésta decretó el 31 de marzo 26 La documentación sobre estas altercaciones es muy abundante y no podemos menos de remitirnos al Catálogo de documentos, varias veces citado, al que debe añadirse la documentación vaticana de la n. 22. 27 José de ka a Cibo, Madrid, 1677 dic. 23, en ASVat. Segretaria di Stato, Lettere di Partico– lari, leg. 57, f. 837rv. La comisión del general estaba dada en Barcelona el 3 de julio de 1677.

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