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TARSICIO DE AZCONA EL CAPITULO GENERAL DE LA ORDEN CAPUCHINA DE 1678 111. REPULSA Y MEDIDAS POLÍTICAS EN ESPAÑA Las noticias que iban llegando sobre el capítulo del 27 de mayo 1 pro– vocaron en Madrid gran insatisfacción; de ella se pasó a la desaprobación y a la repulsa y, por fin, a echar mano de medidas políticas que serían aplicadas en Italia por los ministros de la corona y en Espana por la misma corte. 1. Acción de los organismos oficiales y de la corona Parece que en Madrid se ambientó el episodio en un marco más general, referido a las turbulencias provocadas !X)r los religiosos, especialmente por los capuchinos, en diversos reinos de Espana y de Italia. El 12 de julio de 1678 analizaba el Consejo de Estado diversas cartas llegadas de este último país y preparaba su consulta. La materia revestía suma gravedad "por los continuados motiuos y las parcialidades en que están con tanto encono", y había llegado la hora de adoptar remedios efica– ces. El papa faltó a lo prometido al embajador Carpio y metió en los cargos de la Orden a religiosos contrarios. Se debía aprobar al embajador todo lo que había hecho y ordenarle que no pidiera al papa la creación de una congregación de cardenales para que estudiase los negocios de los capuchinos. En cambio, parecía conveniente crear en Madrid una junta de juristas y teólogos y remitir a la misma los papeles antecedentes y los que fuesen llegando, "conseruando V. Mgd. su regalía sin incidir en el escrúpulo de la conciencia". El embajador en Roma no debía extender el exequatur, o carta de paso, a los sujetos sospechosos y poco afectos. El consejero marqués de Monte Alegre insistió en la conveniencia de la paralela congregación de cardenales, por si se pasaba "al mayor remedio de la extincion de esta 1 Cf. CF 59 (1989) 23-67.

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