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376 TARSICIO DE AZCONA de Castilla y hallo con admirazion en su Ema. que le tenia en corn¡:epto de entendi– miento ynquieto y inquietador, de poco buen eclesiastico y representado como tal por Monsor. Melini, Nuncio en España. Hizo el día despues llamar el Cardenal Lita a Fr. Juan Francisco y le insinuo que debía sin¡¡:erar la mente del señor Cardenal <;:ibo con las uerdaderas notizias de sus operaziones. El Frayle, ¡¡:errado, duro, melan– colico, aspero y despre¡¡:iador de todos, nego el querer hazer diligenzia ninguna, diziendo que a el se deuian dar gra¡¡:ias y no quexas por los negoziados pasados y que hablaría al Papa a derechura y se entendería con el. Replico el Cardenal Lita que esta no era buena respuesta, pues no teniendo buen con¡¡:epto del el primer Ministro en Roma, ni en Madrid el Nunzio, podrían su¡¡:ederle quando allá boluiese nuebos embarazos, pero el Frayle replico con despre– ¡¡:io que quando llegara a España no ternera a ninguno y que otras uezes se hauia intentado el sacarlo de aquella tierra, sin que ninguno hubiese podido conseguirlo y leuantandose de la silla para irse, con grauedad y con ymperio hizo ynstanzia al Cardenal Lita que presentase una carta del Emperador al Papa, la qual hablaua de su persona, y el Cardenal respondio marauillandose dello, y con la negatiba, antes de ayer escriuio osadamente un villete a Monsor. Lita, diziendole que tenia que hablarle y que para ello lo esperaba en el Combento. Fue el Prelado y le oyo muchas cosas llenas de persunzion, concluiendo que el Cardenal Lita su tío estaua muy mal informado y que él hauia estado en una larga audienzia con el Papa y le hauia mostrado gran cariño y hauiendo de partir luego para España secretamente, pedía al Cardenal que le proueiese y pagase un buen caleso desde Roma a Genoua. Todo esto con desenboltura y modo tal como si tratase con criados suyos asalariados. El Cardenal, cansado extremadamente de la ymportunidad de los Capuchinos en sacarle dinero, aier tarde ordeno al Maestro de casa que Ileuase a Fray Juan Francisco una limosna de Doze escudos para socorro del viage, recusando de hazerle toda la costa del caleso, que habría ymportado ¡¡:inquenta escudos. Oy ha benido su respuesta de hauer estimado la dozena de escudos y asi de que ba muy alegre por tener en la mano la boluntad del Papa, al qual ha dado bellas cruzes de Carabaca y que a fauor suyo se daran las ordenes de su Santidad a Monsor. Nunzio, y que porque el embaxador Marques del Carpio no sepa sus negoziados, dentro de dos días en forma de fuga, sin dezir nada a nadie, se desparezera e ira a <;:iuita vieja o a Liorna para embarcarse hasta Genoua. Pareziendole estraño que todos los Capuchinos le sacan mucho al cardenal Lita y él no quanto querría su insa¡¡:iabilidad, siendo hombre que habla, rae y roe, el Maestro de casa estimó combeniente dejarle un papel, cuia copia se remite ynclusa. Este es un t¡:eruelo lleno de acrimonia, de quimeras y maximas temerarias y no es caso yinposible que siendo o boluiendo de España, a medio camino le tuerza hazia Ginebra a conferir sus maquinas con los compañeros de la misma religion, como lo es Nicolo Leto y otros semejantes. La uezindad del solstizio al presente, segun el estilo, regala al Cardenal Lita con a¡¡:eruisimos dolores, los quales peró no han sido bastantes para ympedir que auise de la Historiesilla del Fraile sedi¡¡:ioso al señor cardenal <;:ibo para que su

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