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CAPÍTULO GENERAL DE LOS CAPUCHINOS (1678) 363 gnas, procedentes de repúblicas indiferentes, teniendo en cuenta las cualida– des de las mismas 31 • Esta exclusión de visitadores y corrúsarios no vasallos se extendió a los religiosos predicadores. Las ciudades se disputaban, en aquella sociedad barroca, la honra de tener un notorio predicador para sus cuaresmas. La Orden capuchina ofrecía abundantes y preclaros varones evangélicos para aquellas ocasiones. Durante la cuaresma de 1679 se cernía el peligro de no poder acudir a docenas de púlpitos, a causa de la política seguida por los ministros de Nápoles y Sicilia. Desde la curia romana y la de los capuchi– nos se esgrimió este tema del "pasto espiritual" para mitigar la endurecida actitud de los ministros regios; pero este aspecto se sale de nuestro coto. 4. Nombramiento para las provincias de Sicilia Este envío de visitadores y comisarios fue muy delicado en esta isla, en la que desplegaban su actividad tres provincias capuchinas. Imposible intentar una historia amplia, sino muy esquemática, en cuanto surgió como secuela del capítulo de 1678 ' 2 • Salida de una larga guerra de confrontación social interna y de hegemo– nía europea entre Francia y España, con aliados territoriales y peninsulares en pro y en contra de una y otra corona, la isla se convirtió en encrucijada de angustiosa turbación durante muchos años. a) En alguna ocasión será necesario prestar atención a la actividad sici– liana del P. José de' lea, el compañero del definidor general P. Jerez, y que fue enviado para asegurar la presencia hispánica en aquellos azarosos años de la guerra. El famoso P. Antonio de Fuentelapeña, que había sido nombrado para aquel cargo, escribiría, no sin humor, desde Alicante: "Y yo quedo fresco. Peor fuera que me cogiera la noticia en Italia" 33 • Sin 31 Se puede documentar que la corte pidió nombres de posibles visitadores al P. Félix de Bus– tillo, quien ofreció una notable lista (en ASVat. Nunz. Madrid, vol. 23, sin f.; otra lista del P. Pláci– do de Barcelona al nuncio, ibid., f. 295r, fechada en 1679, abril 21). 32 En vez de abrumar al lector con una pila de bibliografía, preferimos citar un congreso que, a primera vista, parece lejano, pero que toca muy de •:erca el problema: Baronía storico e la Contro– riforma. VV. AA. Atti del convegno intemazionale di studi. Sora 6-10 ottobre 1979. Destacamos el estudio de A. Borromeo, Il cardinale Cesare Baronio e la Corona spagnola, pp. 57-166, sobre todo, pp. 111-121, donde expone, como muestra, el privilegio de la legación apostólica o Monarquía Sícula. Cita la bibliografía más reciente y especializada. Entre la correspondencia siciliana del P. lea sobresalen algunos informes sobre la isla. 33 P. Fuentelapeña al P. Francisco [de Yecla], Alicante, 1676 diciembre 2, en ASVat, Num;. Madrid, vol. 4, f. 542rv.

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