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i • 1 CARTA DE ENRIQUE IV A LA PROVINCIA DE GUIPUZCOA 273 l. El rey se dirige a los guipuzcoanos así: «Bien sabedes y a todos es publico y notorio en estos mis Regnos e señorios... ». Era una fórmula habilidosa para introducir un problema que traía des– quiciado, al reino. El rey no se lo sacaba de la manga, sino que en verdad era público y notorio. Ahora bien, cabe cierta perplejidad ante el texto: la publicidad y notoriedad se referían ¿al hecho del nacimiento y concomitante paz del reino, o al juramento prestado a la princesa recién nacida? El texto, con una oración principal y otras dos subordinadas, originan este interrogante. 2. A Enrique IV interesaba dejar bien claro que todo comen– zó «estando estos dichos mis Regnos en' toda paz e sosiego e tran– quilidad». Tenía razón al formular tal observación. Lo hemos pro– bado en otro estudio, escandalizando en éste y en otros pasajes a lectores isabelinos, que siguen pensando en Enrique IV como en un monarca impotente, indotado y nefando :y en un reino desqui– ciado, invertido y agónico, teniendo en poca cuenta la revolución social que aparecía en la península por los cuatro costados Clll. Es necesario afirmar que el primer decenio enriqueño fue de paz interior y no desafortunado, no obstante el mar de fondo que agi– taba al reino. 3.. Nacimiento de Juana de Castilla. En la carta no cuidaron el dato cronológico del nacimiento, sino poner de relieve la legiti– midad de la «mi muy cara y muy amada fija». El aserto es escueto, como el hallazgo y la aparición de un manantial. Era necesario contrarrestar y disipar la opinión vertida en el reino por diversos grupos para oscurecer este hecho; esos mismos grupos montaron la revolución social y aun la guerra y exigieron el cambio de su– cesión bajo el título colorado de la ilegitimidad de la hija de los reyes Enrique y Juana. 4. Juramento en cortes. Cuanto antecede iba encaminado en la carta a recordar el comportamiento de los reinos y de las cortes. El rey quería avivar recuerdos. Por eso establece los siguientes hechos: a) Con consentimiento real y con su autoridad se procedió al juramento. La frase debe ser entendida no sólo en el sentido de la {11) Permítanos el lector citar nuestro estudio Isabel la Católlca... Madrid 1964, pp, 52-57. 18