BCCCAP00000000000000000000988

CARTA DE ENRIQUE IV A LA PROVINCIA DE GUIPUZCOA 2187 Francia y la estrella de Isabel y Fernando, nunca tan baja como a final de 1470 y todo el 1471, comenzó en los años siguientes a ele– varse en carrera incontenible. Entre otras causas, porque les llega– ron ayudas insospechadas: una de ellas, la de tierra de vascos que no encajaron el matrimonio de Juana con el francés, cuya vecindad era mal tolerada en aquel momento (29l. II. RESOLUCIONES CONCRETAS PARA GUIPUZCOA La carta iba dirigida a la provincia y era lógico que terminase con resoluciones concretas para la misma. El rey quiso significar a la provincia las razones por las que le dirigía tan extensa comu– nicación y señalarle algunos actos que debía interponer inmedia– tamente. l. Enrique IV pretendía comunicar la verdad de lo sucedido en aquel decenio febril e insensato: «porque supieredes la verdad de las cosas, como han pasado e como e de que manera yo me he auido con la dicha mi hermana». Al mismo tiempo, quería ganar tiempo y terreno para contrarrestar la publicística de Isabel y Fer– nando: no debían creer lo que ellos y otras personas pudieran escribirles. Es bien conocido cómo se encrespó la guerra literaria y panfletaria entre ambos bandos en 1471. 2. A continuación inserta la principal resolución para la pro– vincia: debía llevar sin tardanza la cuestión a la junta, segura– mente extraordinaria, a fin de aprobar y ratificar en ella el primer juramento prestado a Juana en 1462. Lo debían hacer «syn otra luenga nin tardanc;a nin dilac;ion nin escusa alguna e syn me mas Requerir nin consultar sobrello». Se trataba de un juramento a mayor abundamiento y con él debían aceptar a Juana como prin- (29) E. J. LABAYRU, Historia general del senorio de Blzcaya..., vol. 3, Bilbao 1988, p. 282 dice que una, comisión de guipuzcoanos y vizcaínos se presentó al re,y con motivo del casamiento de su hija con el duque de Guiena, manifestándole que no se verificase ni qulsle,ra meter franceses en su suelo, que sería encender fuego que muy tarde se acabase. Habría que recomponer mejor las relaciones entre, Guipúzcoo y Guieno o Guyeno en aquel momento. Por otro parte, el deslizamiento de lo provincia hacia los príncipes no e,ro previsible, ya que Enrique IV en 20 agosto 1470 había revocado o Pedro de Velasco conde de Haro los poderes paro gobernar la provincia, atendiendo a la fidelidad de ésto o lo corona y había encomendado a la misma provincia su gobierno, en Arch. Prov. Gulp. Sec. 1, Neg. 12, Leg. s.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz