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- ------- - ------ --------- - ----------- -------- - 2186 TARSICIO DE AZCONA, OFMCAP. la muerte (271. Por otra parte, el rey mandó a todos los prelados, grandes, caballeros y procuradores que ratificasen este nuevo cam– bio en la sucesión; les levantó el pleito homenaje a Isabel, «pues que non guardaua nin tenia lo que conmigo auia asentado en el dicho lugar de cadahalso». El rey insiste en que se trató de un acto jurídico público y solemne «segund que de suso se contiene». 5. Vueltas a sus cauce las aguas de la sucesión en favor de Juana, en Valdelozoya se dio un significativo paso adelante me– diante el matrimonio con palabras de presente de Juana con el duque de Guyena, representado por mosén Beltrán duque de Bo– loña (28). La carta hace una somera presentación del llamado a ser futuro rey consorte de Castilla y presenta las siguientes razo– nes de estado: al El matrimonio era ventajoso para el honor, acrecentamiento y restauración de los reinos y de la corona real; serviria igual– mente al bien común, paz, tranquilidad y sosiego del reino. bl El rey con los prelados, grandes y consejo concordó con el cardenal de Albi y con la embajada francesa el matrimonio según el rito canónico y firmó con ellos las escrituras, recaudos y con– tratos correspondientes «para corrobora<;:ion e valida<;:ion dello». En la encrucijada entre nobleza y monarquía, entre política in– terior e internacional el rey no vio otra salida para la corona y se lanzó convencido hacia ella. el El rey describe con brevedad cómo se realizó la boda por procurador: la princesa se desposó y dio las manos al duque de Boloña y de Albinia y el dicho duque, por el poder especial que allí mostró, se desposó y dio las manos a la princesa Juana. Esto dice la carta respecto del histórico encuentro de Valdelo– zoya, que de haberse concretado y realizado hubiera cambiado por completo la historia peninsular. Pero no fue así, ya que el rey no sacó partido de la situación, cambió el panorama internacional con (27) Lo afirmamos aun teniendo en cuenta las negociaciones de las par, tes ante el legado Rodrigo de Borja, que no llevaron a ninguna alteración ju– rídica de la situación. aunque de hecho hubiera salido favorecida la facción isabelina. (28) De estos acontecimientos se ocupan todo5 105 tratadistas; sin em– bargo, nadie que sepamos ha estudiado este matrimonio en archivos franceses y ha aducido documentos de los mismos.

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