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hemos mantenido · generalmente en el terreno casi· axiomátíco o al menos teórico; es hora que nos ocupemos del principal problema práctico: que · suscita y resuelve el documento : la participadón de .los fieles·.· en la santa misa. Y nótese que, aunque los números que se dedican a este tema sean mucho menos numerosos que los dedicados a la música, sagrada, con todo son tan substanciales que el actual movimiento litúrgico-pastoral deberá sin– gular agradecimiento por las directrices señaladas en los números que ahora entramos a comentar (núm. 22-38). · LA. PARTICIP.ACION DE LOS FIELES EN LA MISA: SU NATURAL:EZA "La misa requiere por su misma naturaleza que todos los a~~~tentes par- · ticipen en ella conforme al papel propio de ellos" (núm.. 22). Comencemos diciendo que difícilmente se podría decir más en menos. palabras; ·con::io. 4U'1 en esa éorta frase están comprimidas ·muchas páginas de .densa teología, que Pío XII desarrolló magistralmente en las· dos encíclicas Mystici corparis y Mediator Dei, y que los tratadistas ponen bien de relieve cuando estudiaii a. fondo la noción de liturgia. · · En efecto, si la liturgia es el c~lto íntegro y público del Cuerpo místico, de dos maneras se viene a poner de relieve que es necesaria la partidpaci6'n de los fieles en la misma; íntegro, porque está compuesto el culto.de elementos internos y externos, per'o sobre todo porque el sujeto que lo tributa es Jesu– cristo, 'es la Iglesia y son los fieles. Esta misma .realidad queda expresada al . decir que la liturgia es el culto del Cuerpo místico, no sólo en cuanto de iure sea El quien tributa el culto,sino también porque exige esa participación de los n1iembros, activa y consciente, se.a personal sea colectiyamente. Esta doctrina general tiene en la santa misa u.na aplicación mucho :más perfecta que en cualquier otro acto litúrgicó; de ahí que la Instrucción recalque que la misa por su misma naturaleza requiere que todos los asfs~ tentes participen en la misma.. Más aún, con tal de evitar tm:ddi;ts interpre• taciones, · se puede decir con toda seguridad que Jesucristo no encontró dificultad en acumular prodigios en la. renovación del santo sacrificfo y en la eucaristía para que los fieles participasen y tomasen contacto vital· con el mismo (en.e. Mediator Dei, 96) y por esa vía se les aplicasen los méritos de la redención. ELEMENTOS ESENCIALES ~E LA PARTICIPACION No se puede menos de sentir cierta satisfacción al palpar cómo la orien~ tación teórica ·que se ha dado al movimiento litúrgico entre nosotros está respaldada omnímodamente por la Instrucción que ahora comentamos. En efecto, para que ya nadie pueda andar descaminado, se explican con la lum~nosidad de un esquema los. elementos que integran la pa~tícipación, o dicho más sencillamente qué deben hacer los fieles para parti9ípar en la misa: · 1.-Primer elemento: la partícípllcíón interna: La que radica en las fa– cultades superiores del hombre, sobre todo en su entendimiento y en su voluntad y se realiza aplicando estas facultades al objeto, en concreto a la acción sagrada del sacrficio. ·Y a fin de que nunca se crea que se trata de· meros actos intelectuales o ·volitivos, más aún, para que no se caiga en Uµ

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