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po, el administrador de la propiedad, el fiscal de Hacienda y la junta provincial de ventas llo_ Corrió un espacio de tiempo para dicha información que, sin duda, no fue rápida. Quizá, porque en el horizonte político se adi– vinaban golpes de sables en una nueva fase revolucionaria, la de 1868. Esta fue decisiva en la marcha de la cuestión. En Borja se impusieron la revolución y la república. Se puso al frente de la ciudad una Junta Revolucionaria que actuó con pragmatismo. En nuestra cuestión, el 2 de octubre de 1868, celebraba sesión y «des– pués de maduro examen ha determinado invitar a usted, Sr. Presi– dente, y religiosos de la suprimida Orden, extramuros de esta ciu– dad, a que trasladen su residencia al Pueblo que estimen más conveniente o f~jarla en otro puesto, en la seguridad en que tanto por lo que respecta al elevado egercicio del sacerdocio, cuanto a las garantías que como Ciudadanos Españoles les pertenecen, ni serán ceñidos en su egercicio, ni deberán abrigar el menor recelo por su seguridad personal.. .. » lll_ Esta decisión fue irrevocable; redactada en un tono respetuoso y ponderado, fue el punto de arranque de toda la política municipal de Borja. Fue comunicada el mismo día 2 de octubre al obispo de Tara– zona por José Díaz Ilarraza y Mariano Nogués, presidente y secre– tario de la Junta, rogándole diese su aquiescencia e hiciese salir del convento a los religiosos con la mayor brevedad 112 • Los interesados no ofrecieron la menor resistencia. El Presidente o superior de los 110 Original en Tarazona, Arch. Dioc., Capuchinos, Borja. 111 AMB caja 316-12. 112 Tarazona, Arch. Dioc., Capuchinos, Borja. -113-