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96 • Pocos días más tarde, el 26 de no– viembre de 1863, el prelado agradecía al alcalde constitucional de Borja que le hubiese concedido el vago y el paso que separaban el convento de la enajenada huerta, así como el espacio que había ser– vido para corral 97 • El proyecto fue por tan buen camino que el 28 de junio de 1864, el arcipreste D. Cipriano Aznar invitaba al alcalde y al ayun– tamiento de Borja a asistir a los actos inaugurales del Colegio de Misioneros, establecido en el convento 98 • Quizá hubo alguna preci– pitación formal, pero el obispado caminaba con pie firme. En efec– to, el 14 de octubre de 1863, D. Cleto Martínez del Toro comuni– caba al obispo de Tarazana la orden fechada en Madrid, el 15 de septiembre de 1863: «Sírvase hacer entrega a la persona que designe el Ilmo. Sr. Obispo de esa diócesis del convento de capuchinos, sito extramuros de la ciudad de Borja, que por Real Orden de 7 de agosto último, ha sido exceptuado de la venta y permutación convenida con la Santa Sede». El obispo debía designar una persona a quien se le hiciese la entrega 99 • La persona designada fue el citado D. Cipriano Aznar. El 96 Tarazana, Arch. Dioc., Capuchinos, Borja. 97 AME, caja 312-17. 98 AME, caja 312-18. Se sobreentendía que el convento serviría también de casa de Ejer– cicios e incluso de cárcel para eclesiásticos. 99 Tarazana, Arch. Dioc., Capuchinos, Eorja. Este documento debe ser entendido en el lento proceso estatal de enajenación de bienes eclesiásticos y de relaciones con la curia romana sobre la materia. Véase JIMENEZ LOPEZ, J.A., «El convenio adicional de 1859. Proceso de ratificación». Comunicaciones al X Congreso de Profesores-Investigadores. Málaga, 1992. pp. 401-410. -108-

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