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1670, la fábrica de Sevilla comenzó a elaborar la hoja llegada de América, fue creciendo el problema. Las ordenaciones de los supe– riores solían prohibir, por igual, ambos artículos. Si alguno lo nece– sitaba para su salud, debía ser con prescripción médica, ya que se trataba de un artículo que sólo podía obtenerse con dinero. En Borja fueron puestas en vigor dichas ordenaciones, incluso caso de recibir desde América algunas partidas enviadas por medio de los misioneros, a través de las compañías de Caracas o de Fili– pinas. El problema aparecerá, en toda su amplitud, poco tiempo más tarde 69 • 4.3. La Ilustración y el Despotismo ilustrado Siempre hemos entendido la Ilustración como un movimiento cultural que pretendió cambiar la vida del hombre desde sus raíces. Trató de sacarlo del absolutismo regio, para hacerlo libre e igual, por encima de las castas y desigualdades sociales. Hecho igual, soñó en que viviera libre, en medio de una naturaleza pura. Los ilustrados lo intentaron con desaforada audacia teórica y lo llevaron a la práctica a punta de revolución. Por despotismo entendemos el ejercicio del poder en España bajo los principios de los ilustrados. Tocaron todos los grandes espacios del poder: El gobierno, la polí– tica, la economía, la religión y la cultura. Junto al despotismo apa– reció como nota típica el regalismo borbónico, en sus relaciones con la Santa Sede y con la jerarquía nacional. Los capuchinos aragoneses no se contaminaron con el siglo de las luces; por el contrario, parece que se mantuvieron en un reman– so de tridentinismo y de sociedad sacralizada. Fue así, no por vis- 69 Ofrecimos más datos en el citado estudio: La presencia de los capuchinos en Rente– ría.. ., pp. 64-67. -92-

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