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A dicha m1s10n fue destinado en la expedición de 1754 el P. Casimiro de Borja; se trata de un borjano que merece especial aten– ción. El se inició en la misión del Angel Custodio; poco más tarde, dió comienzo y consolidó la misión independiente de Santa Bárba– ra, sitio delicioso para formar la población indígena; en ella se asentó también un destacamento militar 65 • Dedicó, además, años a la misión de San Lorenzo Martir, don– de falleció en 1764. En plena juventud dejó en las Indias su vida y sus huesos. 4. EL CONVENTO BAJO EL DESPOTISMO ILUSTRADO (1700-1789) 4.1. La guerra de Sucesión: Los capuchinos, austracistas La presencia del convento no se ciñó sólo y siempre a los as– pectos religiosos de la ciudad de Borja y de sus ciudadanos. En circunstancias especiales se vieron los religiosos envueltos en los grandes episodios nacionales. Así acaeció a la muerte de Carlos II, en la llamada guerra de Sucesión. Está muy documentado que los superiores mayores qui– sieron mantener a los religiosos hispánicos neutrales, imponiéndoles el precepto de no hablar mal de nadie, «pues como en todas ellas 65 CARROCERA, Buenaventura de, Op. cit. pp. 322, 326 y 417. Sería necesario realizar una búsqueda específica en el Archivo de Indias sobre este misionero y sobre la misión de Santa Bárbara. En la obra citada aparece otro misionero, P. Manuel de Borja, pág. 346, pero no queda bien identificado. -88-

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