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Las cosas de los Capuchinos en el siglo XVII 343 de su General y sequaces y se aprouase al Embaxador lo que hau1a obrado en esta materi¡:t, aduirtiendole que, si recono9iese manifestaua al General aduersion a los Españoles y deuo9ion a fran9eses, no dejase de hazer entender alli que las cosas (rota la guerra entre estas .dos Coronas) no estaban en estado de que V.M. pudiese permitirlo, pues hauiendo fran9eses en tiempo que lmuo General español de la reli, gion de san fran9isco prohibidole la entrada en sus. Dominios, seria pre9iso tomar ygual resolu9ion con el de los Capuchinos, siempre que se llegase a desconfiar enteramente de su animo y designios y se viese que sus pro9edimientos no se regulaban a lo Justo y a lo que pedia su instituto y ministerio, encargandose la execu9ion de todo assi al Cardenal, como a los Virreyes y Gouernador de Italia y que aten– diese a atajar estos excesos, con cuyo parezer de el Consejo se conformo V.M. y se les escriuio en la forma referida. [8] Despues con Decreto de 26 de febrero de 676 remitio V.M. al Consejo copia de carta del Cardenal Nidardo de 11 de henero del mismo año y papeles que acompaño, acusando otra suya de 16 de nouiembre de 75 en que hauia escrito la buelta de Napoles a Roma del General y Manifiesto que publico (de que embio copia como tambien de la respuesta a él que se hauia informado) y do quenta de otras cartas que hauia tenido del Padre Ica, que insignuaban las malas circustan9ias del viaje a Napoles de e1 General y intentos que tenia de pasar a Si9ilia y hauer embiado alli a fray Miguel de Palermo, hauiendo sido declarado mal vasallo de V.M. por el Marqués de Astorga, llevando otros religiosos, que hauian inquietado aquella Prouin9ia, a que añadio la partida de fray Miguel de Palermo de la ciudad de Trapana, que ocassiono tales recelos a los Ministros de V.M. (por ser de tanta codi9ia aquel Puerto) que tuuieron deter– minado lleuar a Palermo todos los frayles de aquel conuento y lo suspendieron con las cautelas ligeras que se hauian Reciuido. [9] El Manifiesto del General se redujo a sin9erar su animo, satisfa9iendo al reparo de no hauer vissitado en Roma al embaxador de V.Mgd. antes de su partenza a Napoles y estado en Aluano con el de fran9ia, mostrando sentimiento de la breuedad y resolu9ion con que le hizo salir de Napoles aquel Virrey. La Respuesta a este Manifiesto fue redarguirle con consequen9ias contrarias, ha9iendo relazion de espe9iales motiuos el mal afecto a España de el General y inclina9ion a fran9ia, expresando ocassiones y casos y los trauajos y inquietudes que por su causa pade9ian los religiosos, en que se discurría difusamente. Sobre que el Consejo en Consulta de 3 de mar90 de 76 repitio a V.Mgd. lo que se ofre9ia en estas materias, pare9iendole que por los auisos tan comprouados del desafecto del
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