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342 Tarsicio de Azcona ellas, cono<;io el embajador no eran bastantes las excusas que daua, quejandose de fray Francisco de Xerez, que era su contrario y fomen– tador de las quejas de los religiosos, por no hauer salido electo General, a quien tambien culpaba el Cardenal Rospillosi, di¡;iendo el embajador podia ser no estuuiese inocente de todo punto, siendo lo <;ierto que ellos entre si estauan mal auenidos y que el General era de natural duro, fiandose en el apoyo del Protector. [5] Que a este mismo tiempo le hauian dado otro memorial los Capuchinos de las Prouin¡;ias de Otranto, con las mismas quejas del General, pidiendo el competente remedio, lo qual hauia referido a los Cardenales Altieri, y Rospillosi, con otras circunstancias que aña– dio cerca de esto. [6] Y el Consejo en Consulta de 7 de octubre, refiriendo la carta del Cardenal Nidardo dijo a V.M. hauia días que oya esta desunion de Capuchinos en Italia, hauiendose hecho por parte de fray esteban de Cesena, su General, instan¡;ias aquí (con ,carta para V.M. que vajo con Decreto de 30 de agosto de 673) para que en el Tribunal de la Monarchia de Sic;ilia no fuesen admitidos ni oydos los reli– giosos de su orden, si no en caso de Apela¡;ion, sobre que V.M. mando informase el Virrey. En cuyo Interim boluio el General con otra carta en recomenda¡;ion suya del señor emperador para V.M. (que acompaño con sus ofic;ios el embajador conde de Arach) y V.M. la remitio al Consejo con Decreto de 24 de febrero de dkho año) sobre la misma pretension y que V.M. diese ordenes a los Ministros de Italia no embara¡;asen a los superiores de esta religion el Gobierno regular en ella. [7] Tambien de la otra parte por los Religiosos de aquellas Prouin¡;ias se acudio a V.M. boluiendo a representar la opression que pade<;ian del General, del Procurador de Corte y Cardenal Rospillosi, molestandolos con medios estraños y con Visitadores forasteros, excluyendo los Naturales. Y el Consejo con vista de la respuesta del Cardenal embajador, teniendo presentes los informes que se hauian remitido de Si¡;ilia por el Princ;ipe de Ligue en 1 de junio de 674 y por el marques de Villafranca en 9 de agosto de 75 con Consultas de los Juezes de la Monarchia, que se resumían a que el General usaua de algunas extrauagan<;ias para molestar aquellos religiosos, sobre que tambien escriuio enton¡;es a V.M. fray Joseph de lea, era el unico fin de el General hechar por tierra el Tribunal de la Mo– narchia, por ser tan fran¡;es como hauia mostrado. Fue de parezer el Consejo se embiasen nuevas ordenes a los Virreyes de Si9ilia y Napoles y Gouernador de Milan para que estuuiesen muy en quenta de que no fuesen molestados contra ra¡;on estos religiosos

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