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366 Tarsicio de Azcona y el Padre Recanate por primer Difinidor, siendo este Religioso a quien deseaua el Papa más apartarle del Gouierno de la Religion; circunstancias todas que obligan a la Junta a un justo y legitimo rec;:elo de que el hauer faltado tan .enteramente su Santd. a lo que confio al Marques y le ofrecio con tan expeciosos fundamentos, no puede dejar de prozeder de una de dos causas: La primera, simu– lacion grande del Pontífice, en que pueden interuenir mas profun– das consideraciones por lo que se ve hauerse mezclado el Embaxador de Francia en esta materia y lo que el Cardenal Cibo puede hauer influido en ella con el Arte que se ha experimentado en otras mu– chas cossas, pues aunque estos Religiosos parezcan flaco instru– mento para que por su medio se pueda intent<1-r y mouer cossas de gran perjuicio a la Monarchia, no son despreciables estos medios quando son tan repetidos los cassos en que se ha visto ser los mas dispuestos y a proposito para mouer sediciones e inquietudes. La otra razon que puede auer mouido al Papa a lo que ha faltado en esto, en estar mal y siniestramente informado contra lo que hauia concebido de los prozedimientos de estos Religiosos y de los que él mismo aprobo al Marques, en que es precisso se haya obrado tambien con grande artificio, eficacia y malicia. Y a esto ultimo inclina mas la Junta, no persuadiendose a que .el animo de su Beatd: sea contrario a los intereses y comheniencias de V.Mgd. y su Monar– chia, entendiendo que habra ayudado mucho a impresionar a su Santd. hacia lo que estos Religiosos Españoles han obrado en el Capitulo lo que el Marques del Carpio insinua hauerse ofrecido el Padre Milan en orden a procurar con aquella supuesta introducion que obstentaua tener con V.Mgd. y sus Ministros la extincion del Puesto de Juez de la Monarchia de Siciliá, por ser una de las cossas que ha deseado con mayor ansia desde que fue exaltado a la tiara y ser veementissimo en lo que aprehende. [37] Y passando de estas consideraciones políticas (que ha juz– gado la Junta de su obligacion apuntarlas aquí) a lo que se ha obrado en el Capitulo, reconoze que todo ha sido violento y contrario al seruicio de Dios y de V.Mgd. y al mejor Gouierno y mayor quietud de la Religion (que tan relajada se. halla) y contra el estilo y liuertad que se ha obseruado por lo passado en aquellos Capítulos, por lo irregular del Breue, la colusion y fraude con que han procedido los sugetos y votos mas principales y de quien con acuerdo, apro– bacion y orden de su Santd. fio el Embajador la direccion del Capi– tulo, confiandoles y comunicandoles lo que hauian de ejecutar. [38] Las supuestas ordenes que dieron a entender les hauia V.Mgd. dado y el escandalosso medio del dinero, de que se balieron para

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