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Las cosas de los Capuchinos en el siglo XVII 361 excluidos de los dos primeros o'fficios de la Religion por un Breue, siendo el primero que en ella se ha practicado. Y solo el artificio del Padre Torrecilla pudo hauer sugerido medio tan violento, con decir que dichas tres naciones ultramontanas (como si él no lo fuese) superabundantes de votos se querían alzar con los officios de General y Procurador de Corte; fue creído, como ladron de cassa y lo fue la mucha mano que publica tiene en la Corte, donde se ofrecía desde luego venir para defender los que cooperaron a Breue tan ignominioso y a Capitulo tan precipitado, con que sin mas meritos que los referidos, antes con los demeritos que sabe el Papa y la Congregacion de regulares, salio electo Difinidor General y si biene a Madrid. [26] Que estos atentados los confirma el sentimiento inplacable de los tres embajadores y especialmente el de francia, que con toda aplicacion pide Comissario General para sus franzeses y se promete tenerle y de la misma nacion, ignorandose hasta aora si el de V.Mgd. es del mismo dictamem, por no hauerse mouido a ello, aun despues de hauerle escrito el Padre Milan un villete muy descor– tes que banda de mano en mano o porque el mismo frayle ha dado la copia o porque la razon de estado lo ha sacado de la Secretaría para que se conozca el de España, pues un fraylecico nuevo en la Religion, tan sin ella, tuvo animosidad de escriuir y repetirlo (se– guon se dize) a un Embajador de V.Mgd. sin muchas amenazas con diuersos Cardenales y ha despachado transportandose de suerte que teme su desastrado fin y el de la Religion, con que si este, el Pe.Torre– cilla y los tres españoles referidos entran en España y los Napolitanos y Sicilianos vueluen a sus Prouincias sin probar los efectos de su herrar perseberaran en él y a su exemplo, qualquiera fraylecillo no solo despreciara la suprema autoridad que reside en Ministros tan grandes, sino que deseaogaran (sic) por escrito sus pasiones y re– curriran a Madrid por la absolucion, como hazen estos. Y no fal– taran estadistas, que influían y atizen porque es arte de los prime– ros Ytalianos conseruar testas de Ferro, en quien recargar sus resoluciones y con quien disculpar sus particulares fines, no siendo malos para todos estos efectos Torrecilla y Milan, hauiendo lleuado mas creditos y Polic;as que un mercader y mas cartas de crehenzia que un embajador, con que ensoberuecidos comprueban sus quime– ricos fauores y engañando a quienes no los conozen, conserban en los desafectos sus benenosas maximas y los Vassallos Religiosos en una total oposicion a los Ministros y seruicio de V.Mgd., quando en vez de su injusta indignacion esperan por estos medios la depo– sicion del Virrey de Napoles y Embajador de Roma, la aprobacion de un Capitulo tan abieso y otras gracias para que los desafectos

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