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Estado e Iglesia en España a la luz de las asambleas del clero en el siglo XVI 301 Más difícil resulta situar a las asambleas frente a la jerarquía eclesiástica. Por una parte, les dejaron hacer en el campo económico en lo tocante a la concordia con la corona. Los obispos y el clero aceptaron los repartimientos concordados en las asambleas, para a su vez repartirlos en cada diócesis. Pero por otra, las asambleas no fueron instituciones cómodas para los obispos, sobre todo desde que desapareció de ellas la representatividad episcopal. Creemos que ese fue el nudo de la cuestión. La investigación ha reincidido en el estudio de los conflictos entre el obispo y el cabildo en cada diócesis, centrando el problema en el derecho del obispo a visitar y reformar al cabildo y ·en la resistencia de éste a tales actos, si no era aceptada cierta presencia del mismo cabildo. Tomando las aguas de más arriba, parece que se debe situar el problema en el reinado de los Reyes Católicos, en que la corona se fue introduciendo en el santuario de los cabildos hasta arrebatarles el acto jurídico más importantes: la elección del obispo; operación que culminó la corona al conseguir de Adriano VI el derecho de patronato y de presentación 6 • Los cabildos tuvieron que ceder las elecciones; pero no capitularon, sino que montaron guardia para que la corona no entrase a saco en las rentas de la iglesia. Los. cabildos suponían que no estaban defendidas por los obispos nombrados digitalmente por la corona, lo que les convertía en una especie de colaboradores de la misma. Es necesario detectar esta delicada situación de las asambleas. Está por profundizar si los conflictos entre obispos y cabildos provenían no sólo de la reforma· de costumbres, sino del manejo de las rentas eclesiásticas. Desde estos planteamientos iniciales intuimos que se dieron posicionamientos poco conocid9s en nuestra historia. Alusiones a aspectos particulares de las asambleas Sólo en línea de alusión y de síntesis queremos describir ciertos aspectos de la institución: a) Presidencia. Las asambleas fueron convocadas, no obstante algunas iniciativas ocasionales de otras iglesias, por el cabildo de Toledo, que siempre ostentó también la presidencia de las mismas. Este dato se dio siempre por inconcuso y nunca fue controvertido, ni puesto en litigio. A lo más, como al socaire, se fueron dando razones de semejante hecho: por tratarse del cabildo de la iglesia primada de las Españas, por ser el más. poderoso y porque así se había hecho siempre. Algo es seguro: dicho cabildo desembolsaba notables cantidades para poner en movimiento la convocación, la celebración y la copia de las actas parciales y finales. Es verdad que las asambleas harían cuentas con dicho cabildo, pero incluso entonces muchas iglesias quedaban en deuda con él para muchos años. 6 Estudiamos las bulas de patronato y presentación concedidas por Adriano VI al emperador en Historia de la Iglesia en España... III-JQ. La iglesia en España en los siglos xv y xv,. Madrid, 1980, p. 136-14L

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