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Estado e Iglesia en España a la luz de las asambleas del clero en el siglo XVI 329 monasterios fundados sin renta, sino en aquellos que eran erigidos con renta; pero aún en este caso la incidencia pecuniaria fue pequeña, debido a las mercedes regias. Más dificultades tuvo en Sevilla para liberar a la fundación del pago de la alcabala53. Es verdad que existen temas teresianos mucho más jugosos, relacionados de alguna manera con el tema que estudiamos y que apenas podemos sugerirlos: La visión que tuvo Teresa de Felipe II a la luz de una nueva lectura de. las cartas al mismo. La Santa no quedó impresionada por el imperio, pero sí por la majestad de Felipe 11; no es necesario estudiar a fondo y explicar por qué la Santa daba a Dios tratamiento de Su Majestad 54 . La Santa conectaba con la teoría y la práctica de las asambleas al entender que las casas religiosas estaban destinadas a rogar a Dios por la ciudad y el pueblo que les acogía y a estar en perpetua oración por las intenciones del monarca y del reino. Abría iglesias y sagrarios para reparar de alguna forma los que se cerraban en Europa a causa de los herejes luteranos. Pero ¿tuvo conocimiento de las que eran cerradas en España porque los clérigos no tenían una congrua sustentación a causa del excusado? Son temas que tendrán que ser abordados en mejor oportunidad. Apreciaciones finales El estudio que hemos presentado admite varias lecturas, puede ser entendido bajo diversas claves y mirado desde muchas perspectivas. En contados momentos hemos adelantado juicios de valor. Hemos preferido arrojar este material histórico al ruedo de la investigación para que los especialistas tengan a mano elementos que hasta ahora no poseían. El tema no está más que esbozado; pero aún así lo ofrecemos a todos, a cuantos se interesan por la historia de la iglesia, por la ciencia política o por la historia de la economía. Las asambleas del clero, en sí mismas, merecen considerable atención. El hecho de haberse reunido por lo menos 32 veces a lo largo del siglo, en ocasiones con meses de duración y docenas de sesiones, las hace emerger como eíemento insoslayable a la hora de forjar y perfilar unjuicio correcto sobre las relaciones del estado y de la iglesia, tanto en el aspecto económico, como en otros .sectores importantes. 53 «Con el alcabala tenemos harta contienda; en fin creo se havra de pagar toda», /bid p. 735, Sevilla, mayo, 1576. 54 Hemos estudiado el tema en los místicos del tiempo, sobre todo en los conocidos por ella, y vemos que no aportan luz al tema. Es problema de la Santa y su estudio puede adquirir grandes proporciones.

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