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Estado e Iglesia en España a la luz de las asambleas del clero en el siglo XVI 317 4. Desigualdad en los repartimientos. El tema vuelve en todas las asambleas de la primera mitad del siglo XVI. El subsidio afectaba a las rentas decimales. Ahora bien, no percibían el mismo diezmo las diócesis de las montañas, las de tierra de campos o las de la fértil Andalucía. Por eso, apareció pronto en las asambleas el grupo de las iglesias agraviadas, frente al de las agraciadas.· y privilegiadas. Y es que se p,ensaba en un repartimiento matemático, igual y a prorrata entre todas las diócesis castellanas, cuando su situación real era bien diferente. Por esa vía apareció .el problema de los «veros valores» de las rentas de cada diócesis a fin de que se echasen con equidad los subsidios concordados con la corona. Se trataba de una operación odiosa, ya que en este momento era cada diócesis la que tenía que presentar con transparencia su situación económica ante las otras .. Ya hemos aludido más arriba al problema y al método para resolverlo; pero no se adelantó nada. Fue necesario convocar una asamblea con este tema monográfico; fue la de 1565, a la que ya nos hemos referido y en la que se solucionó el problema para el resto· del siglo39_ 5. Los exentos o privilegiados. Las asambleas elevaron de continuo la voz contra los exentos, que no pagaban con sus rentas decimales el subsidio; la situación. no se aclara a lo largo del siglo. Enumeremos los sectores, que provocaban este clamor permanente: a) Los cardenales, que no cotizaban ni por sus iglesias, ni por las pensiones que tenían asignadas sobre otras iglesias. Se trataba de sumas elevadas, ya que ellos poseían las iglesias más poderosas y pensiones muy pingües. La corona no se hacía cargo de dichas sumas impagadas; de rechazo, venían a gravar más al clero-. Lo consideraban verdadero agravio; pero la corona nunca se decidió a satisfacerlo para no malquistarse con quienes habían recibido, con su intervención, el capelo cardenalicio. Felipe II respondería a la asamblea de 1575 con dudosa ingenuidad: «Si se lo concede el Papa, mal podemos hacer otra cosa». De eso se trataba, de que no vinieran eximidos ya en el indulto apostólico 40 • Aunque aquí entra en juego otro factor insosla– yable: el interés de la curia pontificia; tenía q_ue estar a bien con los cardenales, y en definitiva con la corona; si ella no soltaba la mano, tampoco la soltarían en Madrid para que la cámara apostólica cobrase en España los muchos inte~eses que tenía y para que dicho dinero viajara hasta Roma. aparece en el condicionado de las concordias que el rey escribirá a los corregidores y justicias para que ayuden a los eclesiásticos en el cobro del subsidio. · 39 Es previsible que una documentación más extensa de esta asamblea nos llevará a penetrar más en la situación de las rentas del clero. Mientras tanto podrán servir mucho los repartimientos verificados en cada diócesis, cuya documentación es muy abundante en los a-rchivos catedralicios y diocesanos. 40 La asamblea de 1592 afirmaba que pagaba por ellos más de 90.000 ducados. En la misma asamblea calculaban que habían dejado de contribuir hasta el fin del cuarto quinquenio en 89.866.694 mrs. (= 2.396.445 ducados).

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