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Estado e Iglesia en España a la luz de las asambleas del clero en el siglo XVI 307 fundamentales sobre la misma. La asamblea se dividió en dos bloques, aunque al final todos tuvieron que avenirse a pagar los 500.000 ducados, con la misma distribución de la anterior y en cinco pagas entre 1544, 1545 y abril de 1546. Entraron en juego elementos nuevos: ciertos descuentos hechos por el emperador y por el príncipe Felipe, en nombre de su padre, sobre institutos religiosos, órdenes militares y sobre otros exentos; además se documenta el capítulo de mercedes y limosnas que hizo el emperador a las órdenes religiosas, rebajándoles la cuota del subsidio 16 . 15. Asamblea de Madrid, 1546. Paulo III se mostró muy condescendien– te con el emperador con tal de llevar adelante sus programas de concilio y de reforma. Con una bula le concedía 400.000 ducados producidos por la venta de bienes y vasallos de la iglesia. La que aquí interesa le concedía dos cuartas partes de los frutos eclesiásticos. La asamblea las convirtió en un subsidio de 500.000 ducados, en cinco pagas desde junio de 1547 a diciembre de 1549, en la proporción conocida para Castilla y Aragón. Se conservan las actas, en las que cabe destacar el amplio razonamiento dirigido por el deán de Toledo al prínci– pe Felipe, la concordia del 19 de noviembre y el condicionado .incluido en la misma y el repartimiento por diócesis. Fue elevado un importante capítulo de agravios y de nuevo se debatió con dureza sobre los descuentos a personas privilegiadas, lo mismo que fue conocido el memorial imperial sobre limosnas y mercedes a los religiosos 17 • 16. Asamblea de Madrid, 1551. Después de un leve respiro, de nuevo fue concedida al emperador una nueva gracia de dos cuartas, convertida como de costumbre en otros 500.000 ducados: 418 para Castilla y el resto sobre la corona de Aragón. Se debía hacer efectivo sólo en tres pagas; algo nuevo y muy gravoso, año por año, durante 1552, 1553 y 1554. Se conocen las actas, siendo de notar la exencióncde laicos, que gozaban de rentas eclesiásticas, como el duque de Alba y la duquesa de Béjar. El emperador dispensó las conocidas mercedes y limosnas a los conventos reformados. La asamblea discutió durante varios días el problema de los «veros valores», inclinándose a efectuar la verificación de las rentas de cada diócesis por una comisión enviada desde otra; confeccionaron las listas para este intercambio, echándolo a suertes; fórmula imparcial, pero que comportaba serios desplazamientos: así el cabildo de 16 Siguen llevando el peso por la corte el cardenal G. de Loaysa y el obispo de Lugo, P. Suárez de Carvajal. Nótese la presencia del príncipe Felipe, un adolescente, que presidirá en adelante la operación. Aquí comienzan a aparecer en las cuentas los descuentos a monasterios de religiosas. 17 Nótese la extensión del subsidio a los beneficios de las Indias o del Pirú, como se leerá en muchas ocasiones; tema nunca tratado. Se envía un procurador a Roma «de donde viene todo el daño» para prevenir las concesiones pontificias a la corona.

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