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306 Tarsicio de Azcona ejecución actuó un hombre célebre, el dominico G. de Loaysa; le ayudó como subdelegado el obispo de Lugo, P. Suárez de Carvajal; son nombres que deben ser retenidos. Se concedió un subsidio de dos cuartas o medios frutos, convertido en 500.000 florines de oro, como en la anterior. Conocemos las actas completas, en las que destacaríamos el memorial de agravios elevado por los cabildos, la concordia del 7 de marzo de 1533, el repartimiento entre las diócesis y varias cartas al Papa y a los cardenales. Fue una asamblea accidentada, a salto de mata de una ciudad a otra, hasta que los cabildos se doblegaron en Toledo a los ministros imperiales. La misma distribución que en la anterior y en siete pagas. 12. Asamblea de Valladolid, 1536. Aunque no hayamos localizado todavía las actas completas, tenemos datos muy seguros. El clero estaba en ofrecer al emperador una ayuda de 200.000 florines por los gastos y trabajos que en persona había tomado contra los infieles: cien mil, por la décima tradicional desde los Reyes Católicos y otros cien mil «de su voluntad», a pagar entre 1538-1540. Por sucesiva documentación sabemos que el subsidio fue elevado a 300.000 florines, o según el cambio monetario del momento a 212.000 ducados, moneda que privará siempre en adelante. Conocemos el repartimiento e incluso el arrendamiento del cobro de dicha cantidad a Juan de Santo Domingo y Alvaro de Benavente 14 . 13. Asamblea de Madrid, 1539-1540. Duró varios meses. La concesión pontificia era elevada: dos cuartas partes de todas las rentas eclesiásticas. La asamblea la concordó en 500.000 ducados de oro: 418.000 para la corona de Castilla y el resto para la de Aragón, a abonar en cinco pagas, comenzando por diciembre de 1540 hasta el mismo mes de 1542. Documentación muy rica en la sección de cruzada de Simancas. En la asamblea apareció un tema crucial, el de los «veros valores», es decir la averiguación de las rentas eclesiásticas de cada diócesis y de cada beneficio, a fin de que cada uno pagase a tenor de una elemental justicia distributiva 15. 14. Asamblea de Aranda de Duero, 1543. El emperador proseguía sus empresas contra los infieles, a la vez que entraba en los problemas conciliares. No le resultó difícil conseguir otra concesión de dos cuartas partes. Sería una nueva preciada gracia, con la que el indulto sería habitual hasta el fin de su reinado. Desconocemos las actas completas, pero tenemos datos muy 14 Los datos de esta congregación son conocidos por ahora a través de los fondos de hacienda de Simancas en diversas secciones, que en otro momento daremos a conocer. 15 Este problema va a convertirse en caballo de batalla para las asambleas hasta que en 1565 le dedicaron atención y solución. Nótese que pudieron celebrarse algunas asambleas intercalares, como la posible de 1541 para resolver las pagas de la asamblea en cuestión.

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