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P. Tarsício de Azcona al rey que en la Curia no daban curso a esta provisión porque me– diaban otros muchos asuntos pendientes, y le aconsejaba amigable– mente que en la provisión de las iglesias echa$e mano de tales per– sonas y formas, que pudiesen ser toleradas en Roma 8 • Más interesa conocer la mentalidad y práctica del rey Juan I[ por el influjo que tuvieron en su hijo Fernando el Católico. En una primera fase de su reinado (1458-1470}, difícilmente pu– do Juan II ocuparse intensamente de las iglesias, ocupado en di– rigir todas sus fuerzas a superar las divisiones provocadas por el Príncipe de Viana y las más acerbas del principado de Cataluña, invenciblemente refractario· a reconocerle por rey. Los mismos obis– pos estaban divididos entre los dos bandos, favoreciendo así la ma– yor intervención del Papa y de los Cabildos. En el cronista DIEGO DE VALERA hay una oscura alusión a que el Papa Paulo II hacía los nombramientos y provisiones de Iglesias de Cataluña en desfavor de las pretensiones del legítimo rey Juan II•; no obstante, es cierto que en la provisión de 1463 dió la Iglesia de Barcelona al Limosnero Mayor del rey, Juan Cerdán, des– atendiendo la elección del cabildo y el deseo del principado 10 • Lo que se puede afirmar con certeza es que hasta 1470, año en que desapareció el último pret~ndiente, Renato de Anjou y quedó él dueño y señor absoluto del Principado de Cataluña, no ejerc10 presión mayor en la provisión de las iglesias, como era costumbre en los manare.as aragoneses. 2. ACCIÓN DE JUAN ll Y FERNANDO EL C. FRENTE A SIXTO IV Mas apenas se vió dueño de sus reinos, Juan II se entregó de lleno a la reconstrucción de los mismos y a la realización de sus grandes ideas sobre España unida ; mientras él trabajaba en Ara– gón, su hijo Fernando, ya casado con Isabel luchaba por estable– cerse en Castilla. Uno de los primeros pasos de su política de re– construcción consistió en sobreponerse a los prelados y clero de Cataluña, que tan hostilmente le habían combatido. Para eso ningÚn camino más expedito que lograr influir las pro– visiones de Obispos, para poner en las Iglesias personas de con- 8 ENNEAS s. PICCOLOMINI, EPistolae in Cardi~alatu (incunable, sin pag. ni indi- caciones tipográficas). · 9 DIEGO DE VAI,ERA, Memorial de diversas hazañas... Bibliot. Aut. Eepañ., Ri– vadeneyra, vol. 70, cap. 34 p. 38. 10 Arch. Vat., Arm. 39 vol. 10 fol. 264-266 v.; véase también M.AYMJo:RICH, No– -mina. et acta ePiscoporum baroinonensiitm... Barcinone 1760, ·p. 390--398. 280
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