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P. Tarsicio de Azcona antes, el 19 del mismo mes. Automáticamente, Fernando quedó como único ~ey de Aragón y pudo resolver todos los negocios por sí mismo y conforme a su omnímoda voluntad. En la política reli– giosa, y concretamente en la provisión de Iglesias, había obrado en los diez últimos años unidamente a su padre, y en la v1e1a y ama– ñada experiencia del mismo pudo aprender lecciones que no olvi– <l.aría fácilmente. Esto se vió claramente en e1 ritmo que dió al asunto de la pro– visión de T arazona. Resistió eficazmente ante Sixto IV para que fuese concedida al Cardenal de España, según su anterior deseo. El Papa se oponía en cambio a mudar la provisión y a 30 de junio la -confirmaba enviando un Monitorio penal contra todos los que se opusieran a la misma 55 ; va dirigida principalmente contra Martín Zapata, canónigo de la Colegiata de Santa María de Calatayud y otros jurisperitos seglares, que aseguraron a Fernando que tal Igle– sia era de Patronato y no podía proveerse sin la presentación real y le arrancaron la orden de apoderarse de las temporalidades y oficios de la dicha Iglesia, cometiendo numerosos atropellos contra los eclesiásticos, resguardados en dicha orden. Sixto IV fulminó to– das las penas eclesiásticas, que se acostumbraban en tales casos. Aunque desde agosto de· 1479 el caso de Tarazona queda su– mergido en otro conflicto más grave y mucho más general provo– cado por la. provisión de Cuenca y sería mé:,:: no desvincularlo del mismo, no obstante, porque Fernando el Católico tramitó de ordi– nario F.:ste negocio por separado y por su cuenta, se da una idea sobre su solución final. La tramitó el enviado Alfonso de San Ci– prián y se llegó a conclusión antes que en el de Cuenca. En 1481 estaban concedidas ya las ejecutorias del rey para que fuesen en– tregadas a Andrés Martínez residente en la Curia, mas a condición de obtener algunas gracias de Roma. Con dichas ejecutoriales. el interesado tomó posesión del Obispado. Como los embajadores tar~ daban en comunicarle la concesión de las gracias exigidas, Fernan– do mandó desde Medina del Campo a 7 de febrero de 1482 que de nuevo Juan Zapata secuestrase todos los bienes de la Iglesia y en– carcelase a los procuradores de Andrés Martínez 56 • Sólo varios me– ses despué;, en septiembre, se concedió ya la pacífica posesión a Andrés Martínez y aún se le recompensó con beneficios por valor de 200 ducados; dando como razón: 55 Arch. Vat., 'Reg. Vat. 593 fol. 225>'-231. 56 ANT. DE I.A TORRE, Documentos sobre relaciones internacionales de l-0s Reyes CatóUcos, 3 vol. Barcelona 1949-, vol. I p. 272 s. 292 VCHCA-2

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