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-10- el Postcomimio) con los siguientes ritos: Recitación del Pater nos– ter- rito de la fracción- oraciones personales de preparación– comunión sacramental- oración de acción de gracias. OBSERVACIONES SOBRE ESTE ESQUEl\1A GENERAL Esta división general de la misa y cierta nomenclatura empleada nece" siUm quizá alguna aclaración, que la damos seguidamente: a) Se abandona la división <le la misa en dos partes: Misa ele los ca– tecúmenos y misa de los fieles por ser arqueológica, demasiado fácil y poco exacta. b) A las oraciones del sacerdote al pie del altar, introducidas tardía– mente en la liturgia, se les da un carácter personal; el salmo las dificulta notablemente; en la catequesis se insistirá en la necesidad ele purificación antes de acercarse a Dios. c) La preparación comunitaria se cierra con la colecta, ya que ese era el estilo eclesiástico para cerrar toda convocaci6n de los fieles, con– vertida en la oración oficial de la Iglesia. d) No ·hemos tenido el menor titubeo para hacer comenzar el Canon con el Dorninus vobiscum del Prefacio. La separación que se apre– cia en los misales tiene una justificación meramente externa, mas ha causado no poco daño; en efecto, el desarrollo desmesurado dado por los copistas y tipógrafos a la letra T del Te, igitur, el empleo del canto o de la voz puesta para el mismo, la disposición tipográ– fica que para mayor comodidad ha reunido todos los prefacios, el matiz ideológico que en la misa romana ha seguido el Canon de el Te, igitur, la misma casuística, que permitía llevar formas para con– sagrar hasta después del prefacio y no después de comenzado el Canon, todas estas circunstancias han contribuído a aislar el prefa– cio con evidente minimización de su contenido. Por tanto, urge colocarlo en la parte central de la misa y explotar todos sus valores. e) Finalmente, la antífona Communio y la oración postcomunio deben ser integradas en la misma comunión, siendo inadecuado llamarlas oraciones finales. b) CATEQUESIS DE LOS RITOS ESENCIALES DE LA MISA. Al explicar a los fieles los diversos ritos de la misa es donde cabe posi– blemente mayor confusi6n : guiados, de nuevo, por el sentido de lo esencial en nuestra catequesis no nos perderemos en ese dédalo de ritos y oraciones, sino que fijaremos derechamente la atención sobre estos cuatro ritos prin– cipales: 1. Liturgia de la Palabra, o acción sagrada de proclamar la Palabra revelada por Dios. El esfuerzo de los liturgistas de todas las latitudes por revalorizar esta parte de la misa reanuda la más pura tradición patrística. Desde Orígenes se repite frecuentemente que existe una doble manducación del Verbo: Una, bajo las especies de la sagrada Escritura; otra, bajo las

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