BCCCAP00000000000000000000980

-8- nos parece poco seguro darles prioridad en nuestra catequesis, pues de otra manera se crean posiciones que después se hacen difícil abandonar. >d) · , Nuestra catequesis de la misa sigue el orden exuesto: Meniorial– sacrificio-convité'. Comenzando por Memorial enlazamos inmediatamente con la persona sacratísima de Cristo, superando la fácil y ambigua postura de presentar una religión de sólo verdades y preceptos. No obstante, pastores de . almas, que tienen .cerca focos protestantes, no creerán oportuno insistir mu:cho sobre la misa-memorial, aunque bien entendida en ningúri caso podrá ser una éiatequesis desafortunada. . . H. DESDE EL PUNTO DE VISTA DINAMICO . ' .Siempre fµé del gusto de los Padres. presentar la misa no sólo como una acción estática, sino dinamis ascendente y descendente, que ha quedado luego cristalizada. en la catequesis de los fines y de los frutos. l. No es necesario en este momento estudiar, sino sólo enumerar los cuatro fines. que tuvo Cristo en su sacrificio redentor: Adorar, dar gracias, saJisfaCet (propiciar; expiar o reparar) y recabar o impetrar los auxilios di– vinos pata el hombre, o mejor conseguir de hecho todos los medios necesa– rios para la salvación. Estos fines se consiguen en la santa misa ex opere operat.o, en virtud de la acción puesta por Jesucristo. 2. Los c11atró fines terminan necesariamente en Dios, haciendo des– cansar confiadamente en brazos de Cristo al hombre pecador, que puede cumplir las obligaciones que tiene con Dios, sobre todo en lo que se refiere a la satisfacción por sus pecados. Pero una· vez cumplida esa trayectoria ascendente, parece como que esos cuatro fines toman la dirección contraria, rec:ayendq ;sobre los hombres que participan en la.misa y convirtiéndose para ellos en otros tantos frutos. OBSERVACIONES SOBRE ESTA CATEQUESIS. '' Se debe .afirmar resueltamente que una catequesis amorosa sobre es~s cuatro fines y frutos da, resultados inmediatos, ya que los fieles más ruqlos lle~an a comprenderlo mucho antes que largas teorías sobre el contenfdo doctrinal de la misa. Sin eJJ1bargo, se imponen dos observaciones que deijen explicarse muy bien a los fieles : á) En la ~isa se alcanzan. los cuatro fines y frutos no por los mérito~ personales, sirio gracias a la mediación del único y principal sacerdote, Cristo. Jesús, cori1o lo pón:e de relieve el mismo rito de la Iglesiá: "Per Ipsum, et cum lpso, et ~n lpso ... "; siendo necesario unirse enteramente a esta mediación. b) .. ·E.s nec~sario establecer en cada uno de los fines la única verdadera jerarquía de valores, ya que una inversión de los mismos, impuesta por el personalismo, estancaría a las almas en una participación demasiado huma– na y estrecha; ponemos el efemplo del fin eucarístico: Es muy diferente ser– virse de '1a misma para dar gracias a Dios siguiendo un orden descendente, es decir, comenzando a dar gracias a Dios por El mismo, por su inmensa glo– ria; por, ·sus tributos y perfecciones ... , siguiendo por Jesucristo... para tre-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz