BCCCAP00000000000000000000979

154 T. DE AZCONA Tema distinto es el que se refiere al espolio del cardenal, es decir, a los bienes dejados por el mismo a través del testamento; en términos generales correspondería a la cámara apostólica la tercera parte de los bienes dejados por Mendoza 30 • La reina estuvo dispuesta a conceder el espolio 31 , pero desconocemos la parte que de hecho pasó a la cámara. Avispados mercaderes estuvieron dispuestos a dar al Papa 7.000 ducados por dicho espolio, que no les aceptó, prefiriendo confiar en la promesa de la reina de darle la medietas, de la que esperaba una cantidad mucho más elevada. Por otra parte, toda la ejecución de la testamentaría de Mendoza pasó por grandes dificultades y se fue dilatando con peligro. Los albaceas expusieron a Roma que en un año no podían ejecutar dicho testamento; el Papa les concedió que pudieran hacerlo en un cuatrienio, tiempo que fue prorrogado posteriormente 32 • Jiménez de Cisneros desairó, aun sin pretenderlo, a la curia romana; el franciscano secundó la postura de la corte y no dio facilidades a los representantes de la cámara apostólica; el nuncio Desprats no pudo llegar con él a ningún acuerdo 33 • Esta situación debió durar varios años y fue cambiando sea porque el arzobispo dio cuenta de si mismo convenciendo a la curia, sea porque ésta se encontró sin valedor en la corte desde la muerte de Mendoza. Se puede arrojar bastante luz sobre esta nueva fase. Son conocidos el conflicto de Cisneros con su cabildo desde el umbral de su elección, la intervención en la reforma de los religiosos de su dió– cesis y la renovación de la cura pastoral 34 ; todo necesitaba del respaldo de la curia romana. Tenía allí como procurador a Alfonso de Alcalá; éste inició una campaña por septiembre de 1498 para airear la devoción del franciscano a la sede apostólica. También llegaron cartas del intere– sado en el mismo sentido. Alejandro VI recogió la palabra y el 3 de septiembre le escribió expresándole la voluntad de tenerlo propicio ante los reyes hispánicos; tenía necesidad de una persona de confianza, me– diador entre la curia y dichos monarcas. En concreto, le encomendaba exponerles el espinoso asunto de la secularización de César Borja y reco– mendar al duque de Gandía; en contrapartida, el Papa trataría con pres- breve e instrucciones orales Sancho de Medina, que había viajado a Roma. Dejados los dos meses de vacación, se pensó centrar la negociación en la medíetas o mitad de los bienes del primer año. 30 Breve « Ex Htterís tuís », 1495 abril 10, en P I-598. 31 Breve « Accepímus lítteras », 1495 mayo 12, en P I-600. 32 Breve « Alías tam », 1498 octubre 7, en P I-716. 33 Los biógrafos y tratadistas no llegan a estos detalles sobre la postura de Cisneros frente a la curia romana; en concreto, al juicio sobre Alejandro VI antes de ser provisto para Toledo. 34 Véase las mejores páginas modernas en J. García Oro OFM, Cisneros y la reforma del clero español ..., pp. 371-310.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz