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9. Nuevos problemas familiares de los Borja Pesaron desde el principio del pontificado, como se ha visto en la provisión de Valencia y de Valldigna para César de Borja. Más tarde, Alejandro VI se empeñaría en que le concediesen la iglesia de Coria. Pero los Reyes no estaban dispuestos a introducir a César en el beneficialismo hispánico, sobre todo, desde que conocieron el abandono del estado ecle– siástico y el viraje político del condottiero; el caso era delicado porque lle– vaba inviscerado todo el problema de la política hispano-francesa. No ofreció igual dificultad el caso de Pedro Luis, duque de Gandía. Alejandro VI soñaba en situarlo en la cúspide de la corte hispánica. Los Reyes le acogieron con distinción, aunque al Papa pareció exiguo el reci– bimiento: así se desprende del comunicado al nuncio: El Papa agradecía las muestras de aprecio de los Reyes, etiam si exiquae sint, corrigió en la minuta borrador del documento 48 • Aparecen otros intentos de provisiones de Alejandro VI para sus parientes. Pero los Reyes no condescendieron con la familia Borja. Más aún, se tiene la impresión de que siempre la tuvieron a raya. 10. Un decenio de trepidante diplomacia (1493-1503) El largo decenio que corre desde la elección de Alejandro VI hasta su muerte estuvo marcado por una trepidante correspondencia con los Reyes hispánicos. Un cuadro sincrónico de los temas contenidos en dicha correspondencia pasma por su principalidad y por la resonancia que tuvie– ron para siglos de historia. 48. Resumimos esta acción reformadora en La reforma de la iglesia de España antes de la Reforma luterana, en Historia de la Iglesia de Fliche Martin..., vol. XVII (Valencia, 1974), 549-581. -41-