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las cortes hispánicas. Con Alejandro VI se introdujo una iniciativa nueva, la de establecer en Roma y en Castilla representaciones diplomáticas per– manentes; esta decisión fue relevante en la historia de la diplomacia euro– pea; fue como una piedra miliar en las calzadas de las relaciones de Roma con los estados italianos y europeos. En nombre de los Reyes tramitaban en Roma los negocios, además de los extraordinarios, los embajadores y procuradores fijos; así los obis– pos de Badajoz y de Cartagena, por referirnos sólo a los últimos del pon– tificado de Inocencio VID y primeros de Alejandro VI. El Papa Borja nombró nuncio permanente en Castilla al oriolano Francesch Desprats. Fue un embajador singular, por su servicio leal al Papa, porque se carteaba con el mismo en valenciano y porque su corres– pondencia se ha conservado en el Archivo Vaticano. Existen pocas fuen– tes documentales más sugestivas que sus informes para la última década del siglo XV hispánico, y en concreto para analizar la política de los Reyes en sucesos capitales 41 • 7. La incorporación de los maestrazgos a la Corona Las órdenes militares habían vivido en la sociedad hispánica un carisma singular al tiempo de la reconquista. Sobradas de poder, habían surgido durante el siglo XV sonadas intentonas para detentar el gobierno y la presidencia de las mismas. Los Reyes habían sentido estas contiendas como en carne propia. El problema se centró en estos términos: ¿Cómo conceder que unos ministerios canónicos supremos, los de maestres de Santiago, Calatrava y 41. El estudio fundamental se debe a J. FERNANDEZ ALONSO, Don Francisco de Prats, primer nuncio permanente en España (1492-1507), en Anthologica Annua, 1 (1953), 67-154. A dicho fondo habíamos prestado atención en nuestra tesis doctoral, La elección, p. 166. -37-

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