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a) Sixto IV facilitó a Isabel y Fernando el acceso al trono de Castilla, concediéndoles la bula de dispensa del presunto matrimonio de Valladolid de 1469, al que nos hemos referido más arriba. Ni debe olvidarse que con– cedió por igual dispensa matrimonial a Alfonso V de Portugal para casar– se con la princesa Juana de Castilla. Así quedaba bien con ambas partes. Por otra parte, Sixto IV no intervino en la guerra de Castilla contra Portugal, aunque se prueba que de palabra y de obra estuvo más cerca de los jóvenes monarcas castellanos. Envió a sus reinos a Nicolao Franco, con poderes de legado a látere, como habían venido con anterioridad Venier y Borja en tiempo de Enrique IV. Aunque en esta ocasión hablaron las armas mucho más que las palabras del legado 24 • b) Tenemos muy estudiadas las provisiones iniciales de Segorbe y de Tortosa en 1473, contra la voluntad de Juan II de Aragón. Sixto IV tuvo que plegarse a la voluntad del rey y dar dichas iglesias a quienes el monar– ca había suplicado. También nos hemos ocupado en diversas ocasiones de la provisión de Zaragoza en Alfonso de Aragón, hijo bastardo de Femando; fue expe– dida el 14 de agosto de 1478, después de varios años de resistencia de la curia romana, que la había concedido el 15 de diciembre de 1475 al car– denal Auxias Despuig. Sabemos que el colegio cardenalicio representaba a Sixto IV que aquello no era honroso para la curia romana, palabras en las que parece escucharse la voz crítica del vicecanciller Borja. Aunque fue más conflictiva la provisión de Cuenca en el sobrino del Papa Rafael Riario. Ella le costó al Papa un contencioso de más de tres años, 1479-1482. Como terminación se llegó al Concordato de 1482; este acto singular contenía varias concesiones a la corona, aunque de hecho, 24. Hemos visto diversos documentos de Sixto IV, sincerándose con Fernando y mostrándole su estima. Así el breve Questi sunt, Roma 1478 marzo 13, dándole explicaciones por haber concedi– do la dispensa de matrimonio a Alfonso V de Portugal con Juana de Castilla: «Nos semper te ex corde dileximus et rebus tuis, quantum cum deo licuit, paterna caritate prospexsimus», en :vladrid, AH Salazar A-1 f. 15rv. -25-