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520 Tarsicio de Azcona Tarazona dos trentenarios de misas de réquiem por su alma y las de sus difuntos. Deja a su padre Juan de Añón para toda su vida todos los bienes sitios. Una vez fallecido, ordena se vendan al encante o pública subasta los olivares, viñas y casas suyos; si no llegaban a 10.000 sueldos, se debían vender otras propiedades suyas, hasta hacer dicha cifra, que se repartiría de la siguiente manera: Se daría de limosna a los capuchinos 8.000 sueldos jaqueses "para ayuda de comprar guerta o libros, sin poderlos emplear en otra cosa", y los otros 2.000 sueldos se dediquen a celebrar misas y obras pías por su alma y las de sus familiares difuntos, la mitad en el convento de san Francisco y la otra mitad donde dispongan los ejecutores. Dejó todos los bienes sitios que quedaren por vender después de la muerte de su padre, los deja a su tía María de Palees, para que los goce durante su vida; después se vendan y se dedique por sus ejecutores en obras pías; al Hospital de Sancti Spiritus de Tarazona, 500 sueldos jaqueses; a la cofradía de la Misericordia, otros 500 sueldos jaqueses; al convento de capuchinos de Tarazona, otros 8.000 sueldos jaqueses para comprar libros, sin poder emplearlos en otra cosa y el resto para dotes de dos doncellas parientes para entrar en religión. Si en dicho residuo, había alguna parte de los Vera, que se entregue para alguna parienta de ellos; si no quisieren ser monjas, se dividan en cuatro partes y se concedan de limosna al hospital, a la cofradía y al convento de san Francisco, a partes iguales y la quarta parte para misas en san Francisco por su alma. Dejó a los Santacruces, en compensación de la parte que les podía tocar de la hacienda de María Femández la parte que les toca, y si no llegaren a 160 sueldos, quiere que su tía los complete y pague. Dispuso que su padre Juan de Añón y su tía María de Palees tuviesen facultad para ordenar el usufructo de todos los bienes, que les deja. Dejó a María Berdún, mujer de Francisco de Palees, el poder gozar del usufructo que se hallare por coger en los bienes que goza de viudedad. Caso de que su tía María de Palees quisiera ser monja y entrar en religión, sea la primera para gozar la dote que deja a las parientas de parte de mi madre. Encarga a su padre Juan de Añón y a María Berdún que renuncien a los derechos que les concede para dar lugar a que se vendan bienes por 16.000 sueldos jaqueses "que de parte de arriba dexo y quiero se den al monesterio de los padres capuchinos de la dicha ~iudad para que mi deseo se cumpla y se supla a la necesidad para que yo por el presente les dexo".
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