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516 Tarsicio de Azcona del dicho Diego Marrón, mi tío, habrá dos años y medio, quando vine de siega, para que me los guardara". También dejaba a dicho Hospital una pieza que había comprado a Pedro Medina, de tres robadas de tierra, por 110 sueldos jaqueses, sita en Estanquella en mono, término de dicha villa. Si su tío la quería retener, que pagase al Hospital los 110 sueldos. Dejaba tambien como gracia especial al dicho Hospital 22 sueldos que le debía Pedro Barreo, hijo de Pedro Barreo, vecino de Cintruénigo, "los quales le dexé quando fuimos a nuestra señora de Montserrat, que hará dos años, poco más o menos". Dejaba también al Hospital 1 ducado de oro (= 22 sueldos) que le debía Juan de Navasqués, "del tiempo que le serví". Dejaba por parte de legítima herencia a sus familiares parientes cinco sueldos dineros jaqueses por bienes muebles y otros cinco por bienes inmuebles o sitios. Dejaba todo el resto de sus bienes y nombraba heredera universal a María de Ribera, su hermana, mujer de (en blanco) vecino de la ciudad de Soria, para que disponga de todo, según su voluntad. Nombraba ejecutor de su testamento y exonerador de su conciencia al P. Luis de Valencia, guardián del convento, a quien daba poder cumplido. Fueron testigos el Dr. Tomás Martínez Boclin, del consejo real del reino en lo civil y Francisco Medaro. Yo el doctor thomás martínez de boclin soy testigo de los sobredicho y firmo por el testador y mi conteste y por cada uno dellos, que dixeron que no sauían escriuir" 2 º. - He aquí un testamento de un recio labrador soriano, que se desplazaba a trabajar a la ribera de Navarra, sobre todo al tiempo de la siega. Eran varias las personas que le debían atrasadas sus soldadas y él no debía nada a nadie. Dejó sus bienes contables al Santo Hospital de Cintruénigo y al de Soria. Disfrutamos el dato insólito de que un hombre analfabeto y trabajador hubiese sacado tiempo para peregrinar al santuario de Montserrat, quizá en busca de vocación para su vida. Es claro que se trata del primer capuchino soriano que profesó en la Provincia de Aragón, haciendo honor a su tierra. Esta identidad va compartida con la villa de Cintruénigo, que escogió como apellido, por el mucho tiempo que vivió y trabajó en 1a villa navarra. Todo el testamento destila una exquisita sensibilidad franciscana de desprendimiento y donación a los pobres enfermos. ZO 'TPYtn nriain~l Pn AN7nntnrin Pnhln rlP Villnnuoun Jpo Qtí ff :."IR r-4.nr
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