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32 'I'ARSICIO Dlt AZCONA convertían a la fe y Cisneros escribía a su cabildo el 4 de enezo de 1 500 desde Granada : Esto de la conversión va de bien en mejor, porque Sus Altezas, como Christianísimos Príncipes, lo han tomado tan a pechos, que esperamos que redundará el fruto que por toda nuestra Religión christiana se desea. Y tam– bién el señor Arzobispo de Granada, que es una santa persona, s,e ha juntado con nos y trabaja y aprovecha tanto en este negocio, que cierto nos pone fe e confianza, diciendo que creamos firmemente que ninguno ha de quedar que no sea Christiano; ansy creemos que por sus virtudes e merecimientos nos trajo nuestro Señor aquí; plega a Él cuya es la causa, endereszarlo todo como más fuere servido 65 • Talavera fué un hombre inspirado que comprendió maravillosa– mente la eficacia del apostolado de la pluma para dar consistencia al de la palabra. Puesto que a lo largo del capítulo nos hemos referido a distintos escritos suyos, mencionaremos ahora únicamente su Breve doctrina y ensefianza que ha de saber y de poner en obra todo cristiano y cristiana; en la cual deben ser ensefíados los moruelos primero que en otra cosa, que resulta un precioso catecismo de los rudimentos de la religión. Sus opúsculos para examinar la concien– cia, para comulgar provechosamente, para comprender las ceremonias de la santa Misa, para evitar el vicio de la murmuración, etc., pue– den leerlos con gusto y con provecho espiritual los más exigentes lectores de nuestros días 56 • La talla de Talavera se agiganta de tal forma sobre el pedestal de tan gloriosas empresas, que uno se ve obligado a cabalgar varios siglos a la grupa del tiempo para encontrarle un parecido; ¿por qué no detenerse ante la señorial figura del santo prelado de Ginebra, Francisco de Sales? El temperamento somático, la intuición pasto– ral, la finura eclesiástica y la pluma densa y amable podrían sugerir maravillosas afinidades entre el prelado representativo de la Iglesia española de los orígenes de la reforma católica y uno de los hombres nucleares de la contrareforma. "' BN, Ms. 13.020, f. no; en esa misma secc1on pueden verse más cartas, en las que se patentizan algunos procedimientos violentos empleados en la con– versión. 00 Sobre sus obras, véase nota 32. Talavera tenía gran interés en que se pro– pagase el catecismo escrito por él, como .se demuestra por egta orden a uno de sus oficiales: <Haga sacar traslados de la susodicha instrw;ión que fizo el arzobispo y repártalas por los de casa a cada uno el suyo, y dé asimesnío a los de fuera que le pidieren sin llevalles por ello cosa alguna>, en J. DoMÍNGUEZ BoRDONA, Jnstrncci6n (nota 49), p. 812.

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