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El, TIPO IDiiAL m: OBISPO IiN !,A IGLESIA ESPAÑOLA 2,7 el estimulante de las rentas cedía el paso por una vez al aguijón del celo apostólico, pues valía mucho más la modesta iglesia de Avila_. que la de Granada, con la que se desposaba para siempre. En Granada quedó Talavera dueño de la situación sin tener que doblegarse ante las estructuras irreformables o ante precedentes de personas e instituciones que difícilmente se prestan a nuevos moldes. Todas las cosas respiraban un aire virgen de creación, esperando la mano consagrada que viniera a trabajarlas. El admirable arzobispo se trazó desde el primer momento el plan de conquista : comenzó por la ordenación de su casa, dándole un matiz de monasterio más que de curia prelaticia. Con este pórtico, pudo llegarse hasta el san– tuario para ordenar el culto divino, la cura pastoral y la beneficencia de su archidiócesis. No conocemos en toda la literatura castellana un documento más significativo que la Instrucción de Fernando de Talavera «por do se regiesen los oficiales, oficios y otras personas de su casa» 49 • Con una concretez y realismo no superados, con una elegancia de espí– ritu y de mando, fruto de la virtud y no de la sangre, y con incom– parable justicia y caridad, va el arzobispo señalando sus obligaciones a la dignidad más encumbrada y al último mozo de espuelas; al provisor, al arcipreste, al sacerdote, a los capellanes, al limosnero y al sacristán, al mayordomo y al maestresala, al camarero y al enfermero, al copero y al trinchante, al cerero y al botillero, al caba– llerizo, al portero y al cocinero. Que un arzobispo dicte sesudos consejos a su provisor o vicario general sobre el gobierno de los eclesiásticos no llama demasiado la atención; mas uno se maravilla escuchando la descripción del oficio de camarero : Ha de guardar todo lo de la casa, ropas, paramentos, colchas, sobrele– chos y todas las cosas que no son cada día menester. Halo de sacudir cada semana una v,ez por la pulilla. Ha de dar dineros al despensero e al limosnero. Ha de tomar cuenta cada día al despensero. Tenga la ropa y todas las cosas de la cámara guardadas de ratones e umi– dad, gotera e pulilla. Deve estar en aparadores altos del suelo e que no lleguen a la pared, cu– biertos de ropa basta de toda parte. •• J. DoMfNGUJcZ BoRDONA, Instrucción de fray Heniando de Talavera para el régimen in.feriar de su palacio. en «BAH> ()6 (1930) 785-835. 47
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