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EL TIPO IDEAL DE OBISPO EN LA IGLESIA ESPAÑOLA 25 <le las cosas, ésa estrella que enciende Dios en los santos y predes– tinados. Todavía en 1493, cuando Talavera se había recluído con el pro– pósito irrevocable de no salir de su diócesis, le escribía la reina Isabel: Y no sólo en estos negocios, que son los mayores [los judíos, casamiento ,de sus hijos], mas en todos los de nuestros reinos y de la buena gobernación dellos, querría que particularmente me escribiessedes en todo vuestro pare– ,cer ... y esto os ruego yo mucho que no os escuséis de escribir vuestro pa– recer en todo,, ni .os escuséis con que no estáis en las cosas, porque bien sé yo que ausente será mejor el consejo que de otro presente 45 • Mas en el negocio, que verdaderamente aconsejó y orientó Tala– vera a la reina de Castilla fué en la reforma de sus reinos : reforma total, desde los soberanos hasta los últimos pecheros. En varias oca– siones hemós aludido a: su gestión reformadora al ocuparnos del con~ eeilio de Sevilla de 1478, esa piedra miliaria en los anales de la Iglesia española. Gracias a un desconocimiento perfecto de la documentación que encierran, nuestros archivos, se ha repetido constantemente que la reforma de la Iglesia de España fué ,comenzada por Jiménez de Cis– neros en la segunda época del reinado de Fernando e Isabel, es decir, luego que se adueñaron del reino de Granada. Esto es desconocer íntimamente la realidad espiritual de los reinos de España, que desde el primer día del reinado de dichos Reyes sintieron las auras benéficas de un vivificador soplo de vida cristiana; Fernando e Isabel entreabren su gobierno con un pregón de reforma general, que atañía por igual a los hombres y a las instituciones. Y el encargado de vocear y mantener vibrante este pregón fué has– ta 1492 Fernando de Talavera. Las múltiples e importantes gestiones de reforma logradas con el apoyo de las bulas de Inocencio VIII de 1486, en adelante parten de Talavera y recaen en él como ejecu– tor de las mismas. A su pluma se debe una instrucción sobre el modo de llevar a cabo la visita y la reforma de los monasterios y conventos de España, cuyo texto no ha sido todavía localizado. Jiménez de Cisneros llegó a la corte cuando a Isabel le faltaba su íntimo con- '" Carta de Isabel· de 1493 dic. 4 desde Zaragoza, en Epistolario Español, «IlAE,, vol. 62, p. 16. 45

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