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22 'l'ARSICIO DE AZCONA La cita ha sido larga, pero escrita de mano maestra. Entre otras muchas cosas nos ayuda a comprender cómo estas nobles matronas se hubieran convertido en propagandistas del monje ante la reina Isabel de Castilla, quien no dudó en ponerse bajo su dirección y en consultar con él todos los problemas de su delicadísima conciencia 38 • En las crónicas se trasparenta visiblemente la mano del monje jeró– nimo en la vida privada de Isabel la Católica; se tiene la seguridad que el confesor sometió a su dirigida a un laborioso proceso de puri– ficación hasta llegar al elevado nivel espiritual en que vivía la Reina; no fué sólo la virtud de la castidad, en la que nadie encontró nunca mancha, la que floreció en el corazón de Isabel, sino la piedad más acendrada, la justicia más insobornable y la conmiseración más ex– quisita con los menesterosos. Las más de las veces el confesor actuó con su palabra sobre la regia penitente; mas cuando se imponía la ausencia quedaba el remedio de la dirección espiritual por escrito, de la que nos quedan algunos modelos insuperables. En diciembre de 1492 se hallaban los Reyes Católicos en Barcelona, negociando con el monarca francés la devolución del Rosellón y de Cerdaña a 1a Corona de Aragón. La buena marcha de los acontecimientos se vió turbada por el atentado contra Fernando el Católico, que por verdadero milagro salió del cuchillo del traidor sólo con una «herida tan grande, que yo no tuve corazón para verla, tan larga y tan hon– da, que de honda entraba quatro dedos y de larga cosa que me tiembla el corazón el decirlo» 39 • Para celebrar el buen resultado de las negociaciones, se organi– zaron en Barcelona grandes fiestas, en las que participaron caballe– ros y damas de ambas cortes. No faltó algún espíritu impresionable que se encargase de escribir a Talavera, acentuando el escándalo de tales fiestas y preparó el ánimo del arzobispo antes de recibir comu– nicado directo de la Reina. La "carta de contestación, comenzada el 28 de septiembre de 1493, tiene estos párrafos en los que, después de hacerse cargo del hastío de la Reina en aquellas fiestas, dice resuel– tamente: No reprendo las dádivas y mercedes, aunque también aquéllas, para ser buenas y meritorias, deben ser moderadas; no las honras de cenar y hacer 88 CARMELO DEL NIÑO JESÚS, La dirección espiritual de Isabel la Cat6lica. en 1:Revista de Espiritualidad> II (195:2) 166-192, sobre todo pp. 178-188. .. Carta de Isabel de 1492 dic. 30, en Epistolario Español, BAE, vol. 62, p. 15. 42

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