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TARSICIO DE AZCONA concilio; menc10n especial merecen las cortas, pero substanciosas páginas del P. Beltrán de Heredia, que descorren el velo de la for– mación espiritual del prelado burgalés 28 • Lo que parece segurísimo es cuanto sigue: Su nombre verdadero es Pascual de Ampudia, como aparece en la documentación oficial; bebió el espíritu religioso dominicano en la Congregación reformada de Italia, quedando indeleblemente grabado en su espíritu un mar– cado acento savonaroliano al concebir, criticar y ejecutar la reforma de la Iglesia. Para la sede de Burgos fué aclamado por el mismo ca– bildo, lo que movió a los Reyes Católicos a elevar su presentación a Roma, siendo provisto en el Consistorio de 27 de junio de 1496; mas su resistencia fué tan cerrada que los Reyes tuvieron que supli– car al Papa que obligase a Ampudia, «del qual nos fezimos electión por ser religioso de sciencia e conciencia», a aceptar el obispado «porque le sea más mérito fazerlo con mandamiento de su Sancte– dat» 29 • Incansable visitador de su obispado, trabajó sin desmayo. por la reforma tanto de su clero como de los religiosos de su orden, deplo– rando vivament~ los abusos que se habían infiltrado por todas las naciones, hasta desfigurar horriblemente el rostro inmaculado de la Iglesia. El obispo dominico no se resignó nunca a ser perro mudo. que deja el campo a los intrusos; su informe de reforma, presentado al rey antes del concilio V de Letrán, al _ que más arriba hemos hecho ya una alusión, transparenta en todo momento un espíritu lleno de coraje y de libertad para clamar contra los vicios eclesiásticos y una no común dosis de intuición para sorprender los males de la T glesia. Por sus dotes incomparables mereció Ampudia un elogio calu– roso del humanista italiano Lucio Marineo: «Talis fuit qualem civi– tas burgensis nec habuit usque nec, ut arbitrnr, habebit. Qua propter illius absentiam multis lachrimis deploravit et adhuc ardentissime luget» so_ Aunque la persona de Pascual de Ampudia, sobre todo su espí- 28 Luc. SERRANO, Los Reyes Católicos, p. 287. J. M. DouSSINAGUE, Fernando el Católico y el cisma de Pisa, apénd. 48, pp. 530-532. V. BÉLTRÁN DE HEREDIA, Historia de la reforma, pp. 27-30. ,. Nombramiento en ASVAT. Acta Camer., vol. I, f. 70 v; Euhel, Hierarchia, vol. II, p. II2, da la fecha 27 de enero, errada. El despacho de los Reyes a Garci– laso, dado en Burgos en 1496 dic. 23, en ACA, Reg. 3.685, f. 146 v. 30 Lucro MARINEO Srcmo, De rebus Hispanlae, lib. 23, f. 159. Sobre sn muerte en el concilio y su sepulcro véanse los autores de la n. 27.

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