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,.,,a Ciudad, de Zaragoza en Za Corona de Aragón tos del reino de Navarra. Finalmente, el incidente de los derechos de aduana les pudo ganar fama de reverentes y muniftcos, pero pagando de las arcas del reino. Los diputados debieron respirar tranquilos cuando, después de dos meses y medio de alto en el ca– mino, vieron alejarse de Zaragoza a la corte pontificia. Con ella se alejaba la sombra del gobernador y del inquisidor general, llamado ahora Adriano VI. Aunque no se piense que toda la estancia zara– gozana del nuevo pontífice adquirió estos tonos. Desde Zaragoza el Papa gobernó a la cristiandad, "quedando gloriosa de un favor tan extraordinario y en España tan raro" 61 • \ 61 DIEGO MURILLo, Fundación milagrosa de la capilla angélica..., Barcelona, 1616, p. 283b. 47