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La Ciudad de Zaragoza en la Corona de Aragón iglesia, religiosas, culturales y artísticas; aunque en su vida perso– nal ofrecía zonas oscuras 29 • El 10 de marzo de 1517 recibió un obis– po coadjutor con derecho a sucesión; era Felipe de Urriés, hermano del secretario real Hugo de Urriés; este nombramiento llegó por intereses familiares, contra la opinión de las ciudades de Huesca– Jaca, del metropolitano de Zaragoza y de la opinión general. Asi se comprende que le saliese un contrincante, Alfonso de Castro y Pinós, sobrino del arzobispo de Zaragoza, Alfonso de Aragón, hijo natural de rey católico. El obispo Juan de Aragón renunció la sede en este candidato; León X aceptó esta renuncia y promovió a Cas– tro y Pinós. La lucha se entabló no sólo entre dos personas, sino entre dos poderosas familias, que encabezaban poderosas banderías. No es este momento de seguir este pleito; entre otras razones porque los diputados los miraron con cierta lejanía y Adriano VI no quiso intervenir con resolución 30 • En marcha esta confrontación, alcanzó proporciones mucho más comprometidas desde una vertiente inesperada. El 23 de febrero de 1520 fallecía el arzobispo de Zaragoza, Alfonso de Aragón. Entre otros muchos beneficios, dejaba vacantes varias abadías fronterizas, objeto de permanentes intereses por parte de la corona, del reino y de las familias poderosas 31 • Fueron pretendidas por los dos aspi– rantes a la sede de Huesca-Jaca. Castro y Pinós se movió mejor y ganó terreno, gozando de las preferencias aragonesas. Sin embargo, desde la corte fue presentado Pedro Jordán de Urriés, hermano del obispo coadjutor y del secretario real 32 • El conflicto fue penoso y en el mismo tuvieron que intervenir los diputados como interlocu– tores con la corte y defensores de los fueros y libertades del reino. Sin descender a detalles nimios reharemos las líneas generales del pleito. Urriés confió la defensa de sus intereses al arrendador de los frutos de Montearagón, Gregorio de Morguti 33 .Castro y Pinós de- 29 Nos ocupamos de él en La elección y reforma del episcopado español en tiempo de los Reyes Católicos. Madrid, 1964, pp. 210-211. 30 Hemos podido manejar documentación inédita sobre la terminación de este pleito, hallada en Arch. Duques de Híjar (Epila), Sala 4, 194, Leg. 15, n. 17. 31 Sobre este hijo natural de Fernando el Católico se necesita una biografía crítica. Sobre estas abadías se ejercitaba de hecho el patronato real y la presen– tación. La documentación es inabarcable : Docenas de cartas de Fernando entre 1490-2 a fin de que las abadías recayesen en su, hijo en ASVat. AA /-XVIII, n. 4.171, lo que consiguió «post diversas et multas altercationes». 32 Se trata de las nuevas tensiones a la muerte del arzobispo en «Informatio facti super monasterium Montisaragonum», ASVat. AA /-XVIII, n. 1.411. 33 «Processus honorabilis gregorii de morguti, scutiferi... ut arrendatoris legiti– mi abbaciatus Montis aragonurn», en ADZ Reg. 117, ff. 13-14 v. 40

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