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Zudaire Huarte, Claudio: Organerías (VIII). Legazpia (1738-1853)... Desconocemos por el momento la identidad del organero que constru– yó el primitivo órgano de Legazpia. Aunque en el libro de cuentas de la fábrica de la iglesia se cita el pago de 750 rls. al organero, el mismo año en que se nombra al primer organista, no se apellida a dicho artífice, pri– vándonos de un primer dato que permitiera rastrear el fabricante. El único nombre que encontramos en la documentación ligado a este órgano es el de José Antonio de Albisua, a quien abonan una pequeña cantidad por la afinación del instrumento para las oposiciones de 1781; el órgano lleva– ba sonando ya más de 40 años. Este estudio comprende el período que va desde la fundación para salario del organista hasta mediados del siglo XIX, en que se nombra al tañedor, posiblemente por última vez, según las normas de la fundación. En Gipuzkoako 0rganoak. 0rganos de Guipúzcoa 1 , se incluye una nota citando al P. Ignacio Lasa que en su monografía sobre Legazpia da una ver– sión, parcialmente imprecisa, de la fundación de dn Andrés de Elorza. Se dan los nombres de los dos primeros organistas Cavero y Lecuona, con cier– ta inexactitud en las fechas. FUNDACIÓN DE LA CAPELLANÍA UNIDA AL EMPLEO DE ORGANISTA Dotación. Por el testamento del presbítero dn Andrés de Elorza, otorga– do ante el escribano Francisco de Arrizabalaga en 26 de junio de 1738, que publicamos en el apéndice, sabemos que tenía cedidos a censo, a la fábri– ca de la Iglesia, 70.438 reales de vellón, "de principal y por ello 70 duca– dos de vellón de rédito al año"; y "como tenía voluntad y resolución de fundar una capellanía perpetua y colativa para renta del organista", adscri– be estos bienes a la capellanía del organista, haciendo "manda y graciosa donación, en forma, desistiendo y apartándome del derecho que tengo a ellas". Como para estas fechas este salario no era demasiado atractivo, Elorza añade para la capellanía, la casa Mintegui con todo lo que le perte– nece. Mientras él viva, percibirá las rentas; a raíz de su muerte, pasarán las rentas a la capellanía, y las gozará el organista, si para entonces estu– viere nombrado. Además ha hecho fabricar una casa nueva, desde los cimientos, con dos habitaciones, en el paraje de Echaluce, con huerta sufi– ciente. En vida del fundador, él se reserva el uso de la casa para sí y para dos sobrinos, dn Andrés de Narvaiza y dn. Miguel de Guridi. En falleciendo el dotante, entra a usar la mitad de dicha casa el organista, si es que toda– vía viven dichos sobrinos. Si hubieran fallecido, el organista queda autoriza– do a disponer de la casa completa, pudiendo incluso alquilar una habitación o toda la vivienda, preferentemente a eclesiásticos Deja también al cape– llán una huerta que está "debajo de la casa de Lachartegui, ateniente a la huerta de la capellanía de dn Martín de Elorregui" 1. José Manuel Azkue. Esteban Elizondo. José María Zapirain. Gipuzkoako Organoak. órga– nos de Guipúzcoa. Donostia-San Sebastián. 1998. 124 Musiker. 13, 2002, 123-139

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