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que Dios está atento a lo que haces y lo que tienes en tu corazón le resulta evidente 33 • La vida espiritual, lo mismo que la vida del cuerpo, requiere de la atención para desarrollarse a fondo. Saber lo que hacemos en cada mo– mento, saliendo de las garras del olvido, de la superficialidad, de la in– consciencia; por eso se pueden decir esta sucesión de pensamientos certeros: La atención es el indicio claro de la conversión, es la invocación del alma, el odio por el mundo y la ascensión a Dios. Atención es rechazo del pecado y recuperación de la virtud. La atención es plena e indudable certeza del perdón de los pecados. Atención es principio, o mejor, funda– mento de la contemplación, ya que por ella Dios se muestra y se manifiesta al intelecto. Atención es imperturbabilidad del intelecto, o más bien, es el estado de imperturbabilidad dada en premio al alma, por la misericordia de Dios.Atención es purificación de los pensamientos, templo del recuerdo de Dios, custodia del sufrimiento de lo que viene. Atención es causa de fe, junto con la esperanza y la caridad 34 • 33. Isaías el Anacoreta, La custodia del intelecto, en la "Filocalia"(Buenos Aires 1988) 95. 34. Nicéforo el monje, Discurso sobre la sobriedad, en la Filocalia vol. III (Bue– nos Aires 2005, 532). Muchos de los personajes de la Filocalia pueden resultamos desconocidos para los lectores del Occidente cristiano; señalo, por eso, estos breves apuntes de algunos de ellos: Diadoco de Fótice: Muerto alrededor del año 450. Señala que la oración lleva a lo que no hemos de olvidar nunca: el recuerdo constante de Dios. Esto se traduce en la invocación perpetua de Jesús. Es uno de los primeros difusores de esta oración del corazón u oración de Jesús. Marco el Ermitaño (i" primera mitad del siglo V). En sus obra trata del recuerdo de Dios, la lucha contra los pensamientos y su génesis, y la invocación interior, aunque nada explicita aún sobre la oración de Jesús. Barsanufio (i"540) y Juan de Gaza: Dejaron mucha correspondencia espiritual, que luego los rusos la aceptarían de buena gana. Recomiendan con insistencia la ora– ción de Jesús. Isaac de Nínive o el Sirio (s. VII): Obispo nestoriano.Tuvo gran influencia en el Oriente cristiano, especialmente en el siglo XIV gracias a la Centuria de Calixto e Ignacio Xantopoulos (llamados así por ser monjes del convento de Xantopoulos). Juan Clímaco (540-650). Monje en el monte Sinaí durante 50 años. Su Escala es una Suma de la vida espiritual concebida para solitarios y contemplativos. Resume el espíritu de la Filocalia aunque no estuvo en la que recogió Macario de Corinto sino en la rusa de Teófanes el Recluso. san Juan Clímaco, inspira la renovación hesi– casta de los siglos XIII-XIV. Insiste en que la oración se desarrolla eliminando imá- U!lUA El IIETERII. 87 48
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