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2.3. La Camáldula El gran historiador de la Iglesia Medieval, Jean Leclerc, escribiendo sobre el camaldulense Pablo Giustiniani (1476-1528), dice que éste piensa que la ascesis del solitario consiste sobre todo en la guarda de la celda, la práctica del silencio junto a otras prácticas de mortificación corporal, pero siempre con moderación 23 • La moderación es una cualidad sumamente recomendada por los autores espirituales de todas las épocas. 2.4. Los franciscanos San Francisco, uno de los grandes místicos de todos los tiempos, bus– caba siempre lugares escondidos, donde no sólo el espíritu, sino en cada uno de los miembros, pudiera adherirse por entero a Dios. Cuando es– tando en público se sentía de pronto afectado por la visita del Señor, para no estar entonces fuera de la celda, hacía de su manto una celdilla; a veces -cuando no llevaba el manto- cubría la cara con la manga para no poner de manifiesto el maná escondido. Siempre encontraba manera de ocultarse a la mirada de los presentes para que no se dieran cuenta de los toques del Esposo 24 . Los franciscanos, como otras Órdenes mendicantes de la época, tu– vieron en gran estima el retiro. Las diversas reformas de la Orden (zoco– lanti, reformados, observantes, alcantarinos, capuchinos) insistirán mucho en la oración, en el retiro, en un tipo de oración meditativa dentro de un clima de intimidad, tanto en parajes agrestes de la naturaleza como en las celdas conventuales. 3. La celda en tiempos más recientes En la época moderna ha habido siglos en los que no se ha hablado de la celda. La razón es simple: Del siglo VI al XV o XVI, las celdas in– dividuales no existen, al menos en los monasterios que siguen la vida be– nedictina. En estos últimos siglos, siguiendo las constituciones de las diversas congregaciones religiosas que van surgiendo, tras los muros con– ventuales o monásticos, las celdas individuales van apareciendo poco a poco. Las celdas privadas para el estudio, para los ejercicios de piedad, 23. D.S. volumen 6, columna 414. 24. Tomás de Celano, Vida segunda, 94, en san Francisco de Asís, Escritos, bio– graffos, documentos de la Época, Biblioteca de Autores Cristianos, BAC nº 399 (Ma– drid 1980) 285. IUIUA ET l!ETERI!. 61 44

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