BCCCAP00000000000000000000969

EMMANUEL MOUNIER ANTE EL PENSAMIENTO CRISTIANO 45 Diez años más tarde, 1949, el año anterior a su muerte, vuelve sobre esta visión en su obra, Le personnalisme. Pero ,en este nuevo momento de su reflexión no ,es ya sólo el mundo griego d objeto de su reproche, sino que Lo es m~s el mundo moderno, por haber abandonado la vía luminosa del personalismo cris– tiano. A Descartes reprooha el haber intentado disolver la existencia concreta en una idea subjetiva. Más duro es su juicio contra Hegel. En estos días en que la dialéctica hegeliana se ha hecho tema de la calle, el juicio implacable de Mou– nier debe ser recogido en su texto origina:l: «Hregel rest,er(}, l'architect,e imp,oc,ant et monstrueux de l'impérialisme de l'idée impersonnelle» 23 . A la monstruosidad hegeliana quisieron poner remedio por caminos opuestos Kierkegaard y Marx. Mounkr ve en ellos dos líneas divergentes que deben en– conitrar,se en la uniidad que ellas mismas han desterrado. Esta unidad desterrada es la que persigue Mouníer. En su esfuerzo por lograr– la se sj,ente vinculado al gran movimiento personalista de este siglo. Los nom– bres del mismo vienen a su pluma: Max Scheler, M. Buber, G. Marcel. Y recuer– da también a sus compañeros de trabajo y seguidores de su movimiento: J. La-– croix, M. Nédoncelle, Madinier, etc ... Lo importante desde nuestra preocupación actual es advertir la inserción, mayor o menor, de todo este movimiento personalista en el pensamiento cristia– no. Es esto, sobre todo, lo que constatamos en 1a inserción profunda y consciente de Mounier 24 . P,ero, ¿cómo se injerta este pensamiento tan actual en el tronco milenario de la filosofía cristiana? En este momento es la vertiente ontológica la que in– teresa analizar. En esta vertiente los textos de Mounier empalman con la meta– física olásic,a de la person;a. Pero anotamos al instante en tales textos un hiatus entre la concepción de Mounier y la concepción de la metafísica clásica. ¿En qué consiste este hiatus? Dos notas señala Mounier en la definición de la persona. La primera nota afirma que la persona es individualidad plena y perfecta, sin dependencia alguna; que es lo más perfecto que se da en el plano de la naturaleza. Pues bien; en este momento acude a Santo Tomás para autorizar esta nota con los textos de1 mismo. Mounier resume su visión de la persona en esta espléndida frases: «Per– .fection supréme de l'univers créé» 25 . En nota señala, como fuente, este bexto de Santo Tomás. No dice de d6nde lo toma pero se halla en la Summa Theologica, I, 29, 3c: «Persona signíficat id quod est perfectissimum in tota natura, scilicet subsistens in ration,ali natura». Hasta aquí Mounier ha hallado buen apoyo en la metafísica clásica. Pero ésta le abandona en la segunda nota que señala a la persona. Esta segunda nota es la apertura al otro, la comunicación interpersonal. En una fórmula Mounier densifica su pensamiento. La fórmula dice así: «Nous trouvons done la commu– nion insérée .au coeur méme de la p,ersonne, intégrante de son existence méme» 26 . 23 Le personnalisme... Oeuvres... vol. III, p. 435. 24 O. cit., p. 428. 25 Personnalisme et christianisme, Oeuvres, vol. I, p. 736. 26 Maní/este ... Oeuvres... vol. I, 535.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz