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38 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA tros grandes místicos españoles se contiene una gran filosofía. Igualmente, H. Bergson, veía en ,ellos una suprema floración del éspíritu 2 • Mounier recoge este legado y se adentra por esta difícil y empinada filosofía. En carta a Jean Guitton, diciembre de 1929, escribe: «No dejaré a Fray Juan de los Angeles, sea que dé para una gran tesis {Cheva1ier, Delacroix), sea solamente para una pequeña ,(Laporte, Baruzi)» 3 • Esta carta dice muoho sobre el ambiente intelectual que rodea al joven Mou– nier y nos confirma en que su primer contacto con el pemamiento cristiano tiene lugar en la cúspide de este pensamiento: en la mística. Opinamos que este pri– mer contacto, pese a no cristalizar en una obra definitiva, quedó perenne en su espíritu. Este se irá nutriendo, en medio de los avatar~s de la acción, con la .jugosa savia que asimiló de los místicos cristianos Dejando para más ade:lante el precisar mejor este influjo, parece necesario fijar ya desde ahora la actitud de Mounier respecto del pensamiento cristiano, tomado éste como un conjunto doctrinal. l. ACTITUD FUNDAMENTAL Para conocer esta actitud, necesitamos antes precisar algunos términos im– portantes, como hace el mismo Mounier en el pasaje que vamos a analizar. En dicho pasaje distingue tres peldaños en la escala ascendente de la humanidad: la civilización, la cultura, la espiritualidad. Por civilización entiende Mounier la adaptación biológica y social del hombre a su cuerpo y a su ambiente. Por cul– tura, el abrirse de la conciencia, el bienestar que se adquiere en el ejercicio del espíritu, la inserción en una situación ambiental concre:a, con tendencia hacia fo universal. Por espirituaildad, el descubrimiento de la vida profunda de la per– sona 4 • En esta escala ascendente de la humanidad, el cristianismo, según Mounier, tiene muy poco que decir en los dos primeros peldaños, que más bien los pre– supone. Pero mucho en el tercero, por ser el cristianismo un potente surtidor de vida espiritual. Mounier ha hallado una fórmula precisa cuando escribe: «La vie du catholicisme, comme ferment de civilisation» 5 • Esto debe ser el pensamiento cristiano: «fermienfiO de civüización». Y esto tanto en la dimensión ontológica de la existencia concreta como en la histórica. Esta concepción del cristianismo como fermento Mounier lo ve realizado ple– namente en los santos. Su acercamiento a los místicos se lo ha hecho ver clara- 2 Cf. J. ÚIEVALIER: El papel del pensamiento español en la restauración del humanismo integral, en Revista de Filosofía, 8 (1949) 8-10; H. BERGSON: Les deux sources de la morale et de la religion, chap. IV. Mécanique et mystique, en Oeuvres. Edit. du Centenaire, P.U.F.. Paris 1963, pp. 1.234-1.241. 3 Oeuvres... vol. IV, p. 455. 4 Manifeste au service du personnalisme, Oeuvres... vol. I, p. 486. 5 Personnalisme et christianisme, Oeuvres... vol. I, 769.
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