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EL HOMBRE, IMAGEN DE Dros: DE METÁFORA TEOLÓGICA A RESPALDO... 1939 pósito es muy de subrayar que alegue este motivo: «Se prueba en séptimo lugar por el fin y el bien de todo el orbe». Y razona así sobre este motivo: «Porque de ninguna manera el orbe podría permanecer en un estado feliz, es más, llegaría– mos al peor estado de cosas, si los tiranos, los ladrones y los raptores pudiesen impunemente hacer injurias y oprimir a los buenos e inocentes, y no fuese líci– to a estos últimos repeler sus agresiones y escarmentarlos» 81 • Qué grande se nos muestra aquí Vitoria cuando contempla la tragedia humana de la guerra desde las exigencias que pide su genial idea del «totus orbis». Advertirá el lector que Vitoria baja el universalismo evangélico al mero orden natural de las relaciones humanas. Se ha podido ver en ello un nuevo motivo pa– ra acusarlo de haber secularizado la visión cristiana de la política mundial. Pero hay que replicar que lo ha hecho rectamente. Vitoria argüirá a sus acusadores que el Evangelio no ha venido a restringir ningún derecho humano. Y es un de– recho humano, antes que cristiano, la unión de todos los pueblos y naciones, pe– se a sus diferentes creencias. Antes que creyentes, todos son hombres. Y como hombres deben darse la mano a todos los niveles. Ayudarse. No ver en los otros a un posible agresor. Para repetir de nuevo con Vitoria: «Non enim homini ha– mo est lupus, sed hamo». c) Vitoria frente al absolutismo sacro de Bossuet Al estudiar el enfrentamiento ideológico entre Vitoria y Bossuet me remito a mis estudios anteriores. Teniendo en cuenta mi propósito actual, aquí los acoto y resumo. Mi recensión, en 1975, a la obra de Bossuet, traducida de nuevo al español, Política sacada de las Sagradas Escrituras, cifra mi constante persuasión sobre la misma. He aquí mi juicio de hace ya algunos años: «Apena hondamente esta obra de Bossuet, vista desde el desarrollo político del pensamiento cristiano. Y esto por dos motivos. En primer lugar, porque desde la historia de las ideas significa un retroceso de siglo y medio respecto de la doctrina de los grandes teólogos es– pañoles del siglo XVI, desde Vitoria a Suárez. En segundo lugar, porque una doc– trina que pone en manos de los reyes toda autoridad, al margen del pueblo, me– ro objeto sobre el que se ejerce el gobierno, ha preparado históricamente la re– acción literaria y política del siglo XVIII. Lo más de lamentar en esta obra es el persistente intento de fundamentar sus enseñanzas con textos de la Escritura, sin el menor sentido crítico, ni visión histórica. En las actuaciones de los reyes de Israel ve ejemplos paradigmáticos, hasta en aquellos sucesos que manifiesta– mente responden a una determinada situación. Aún para su tiempo, Bossuet no alcanza en esta obra el nivel científico de su época» 82 . A estas líneas muy pensadas debo ahora añadir una ampliación al segundo motivo alegado, a saber, que la doctrina absolutista de Bossuet puso en manos de los reyes el poder político, al margen del pueblo, lo cual dio motivo a las re– acciones anti-realistas y anti-religiosas del siglo siguiente. La trayectoria histó- 81 De indis, sive de iure belli hispaniorum in barbaras, relectio posterior, p. 818. 82 E. RIVERA DE VENTOSA: Recensión a la obra de Bossuet: Política sacada de las Sagradas Escrituras, trad. y pról. de J. Maestro Aguilera, Madrid, Tecnos, 1974, en Naturaleza y Gracia, 22 (1975), 177.
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