BCCCAP00000000000000000000968
1932 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA protestantes. Y precisamente, para mejor oponerse a los libertinos, con mentali– dad ya más o menos incrédula, que ya se hacían sentir en el siglo XVII. Fue, con todo, un infortunio histórico para el Cristianismo que uno y otro fueran tan en– tusiastas de la Providencia, como flacos defensores de la misma. La justificación de Dios y de su Providencia, que con tal alto programa se propuso Leibniz en su Teodicea, ya desde el mismo título de su obra, fue una defensa que rezuma ele– vación y entusiasmo. Pero que acaba por hacer de Dios el autor del mejor de los mundos posibles. Voltaire en su Candide dará buena cuenta de tan sublime in– genuidad metafísica. No fue mejor defendida por Bossuet. Viene a ser ella el centro de perspecti– va en su famoso Discours sur l'histoire universelle. Toma en él una vía falsa y atre– vida al adentrarse por los planes concretos de Dios en la historia. Y en vez de ad– mirar el secreto arcano de estos planes, siguiendo a San Pablo, se atreve a se– ñalarlos desde su exaltado nacionalismo gálico. En estos términos resume su vi– sión histórica, al escribir a Inocencio XI, dándole a conocer sus escritos históri– cos: «Historiam universam, antiquam, novamque: illam ab origine mundi ad Carolum Magnum atque eversum antiquum Romanum Imperium; hanc, ab con– dito novo per Francos Imperio, ordinatam» 60 • Según este texto, la historia gira providencialmente en tomo a estas dos series de sucesos: la historia antigua co– rre desde la creación hasta Carlo Magno; la nueva, desde la restauración del Imperio por los Francos hasta los días de gloria bajo el gran rey, Luis XIV. La úl– tima aserción se silencia por delicadeza en esta carta al Papa. Pero reiterada– mente lo afirma en textos paralelos, especialmente dirigidos al Delfín. Esta interpretación nacionalista de la historia -corre paralela a la de otras naciones cristianas- dejó indefensa a la Providencia divina cuando la razón ilus– trada trató de interpretar la historia. De espaldas a toda ingerencia divina la ra– zón ilustrada optó por una religión meramente natural, ética natural, derecho natural, etc. Especialmente en filosofía de la historia tiene en cuenta de modo exclusivo la acción del hombre frente al infundado providencialismo de Bossuet. Hemos dado este preámbulo para mejor enmarcar el absolutismo sacro, pro– puesto por Bossuet en su obra: Politique tirée des propres paroles de l'Ecriture Sainte 61 • Inicialmente declaramos este absolutismo sacro de Bossuet anacróni– co. Y además nos dejó desamparados ante las ideas políticas del mundo moder– no. Pero antes de detenemos en la crítica del mismo, debemos dar con precisión la contextura doctrinal de este absolutismo sacro. En los libros III, IV y V de la obra citada expone Bossuet las cuatro notas que juzga ser propias de la autoridad real: sacra, paternal, absoluta y acorde con la razón. En nuestro análisis del absolutismo sacro es suficiente comentar la pri– mera y la tercera. Que sea sacra la potestad real Bossuet lo atestigua en esta fórmula: «Dios es– tablece los reyes como Ministros suyos y reina por medio de ellos sobre los pue– blos». Comenta que esto tiene validez no sólo respecto de los reyes de Israel, si- 60 Se publica esta carta como introducción a la versión española de la obra de Bossuet: Política de– ducida de las propias palabras de la Sagrada Escritura, dirigida al serenísimo señor Delfín. En tres vol., 3." impresión, Madrid, 1789, t. I, pp. 27-49. Texto cit. en p. 46. 61 Politique tirée des propres paroles de l'Ecriture Sainte a monseigneur le Dauphin. Oeuvres de mes– sire Jacques-Benigne Bossuet. Liege, 1767, t. 8, pp. 319-646.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz