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VIVENCIAS PRIMARIAS DEL ALMA DE SAN FRANCISCO 77 aleman «Erlebnis». Este vocablo se había generalizado en la filosofía alemana desde su análisis por W. DHthey. Ahora, sin embargo, tene– mos que dejar a tras mano esta temática histórica para limitarnos a señalar dos notas de la vivencia. Estas son: la de hallarse inserta en la totalidad del yo y la de tener suficiencia para polarizar en torno a sí otros estados de conciencia. Por estas dos notas se distingue la vivencia de la simple experiencia. Aunque toda vivencia es siempre ex– periencia, no toda experiencia llega a ser vivencia, porque muchas veces es esta experiencia algo periférico a la conciencia responsable. También distinguen los existencialistas la vivencia de la situación límite. Esta vie– ne a ser respecto de la vivencia un caso excepcional por el que se sitúa la conciencia cara a los enigmas últimos. En la vida de San Francisco es una vi.vencía perenne la relación cálida con su Cristo amado. Pero esta vivencia alcanza situaciones límites cuando le habla el crucifijo en San Damián y cuando en el Alvernia se le imprime las llagas en su cuerpo 5 • Estas breves observaciones, que están pidiendo un desarrollo ulte– rior, las juzgo suficientes para estar orientados al preguntar cuáles fue– ron en el alma de San Francisco sus vivencias primarias. Las hemos reducido a siete. De seguro que alguien hallará un número mayor. Pero aquí a éstas nos hemos limitado, por juzgarlas de máximo influjo en la vida del Santo y de perenn'e irradiación histórica. Primera Vivencia: SAN FRANCISCO, CABALLERO, TROVADOR, JUGLXR Cronológicamente juzgamos esta viven,cia la primera qu~ tiene lugar en la vida consciente de San Francisco. Se inicia ésta en los días de la juventud bullanguera y clamorosa del mismo. Esta juventud la des– cribe la Condesa de Pardo Bazán en su San Francisco de Asís en estas breves líneas, acordes con el común sentir de los historiadores del San– to: «Presa de insaciable afán, ya ponía el oído al eco de los clarines bélicos, fantaseando marchas, gloriosos combates, nubes de _polvo, des- 5. Sobre la vivencia tenemos en espaiiol un buen resumen en Diccionario de Filoso– fía de J. FERRATER MORA, t. 11, p. 915-916 (ed. de 1965). Para los vo~ablos alemanes «erleben» y Erlebnis» véase Historisches Worterbuch der Philosophie, Ban 2, 702-711 (estudio de K. CRAMER). Sobre las situaciones límites da amplio análisis K. JASPERS, Fi– losof(a, tr. de F. VELA. Revista de Occidente, Madrid 1958, t. II, p._ 61-228. - Entre los filósofos espaiioles quien más ha reflexionado sobre este tema ha sido EDUARDO NIC0L, como me ha dado a conocer mi compaiiero y colega M. ÜONZALEZ ÜARCIA quien ha preparado una tesis doctoral sobre _el mismo que en breve será publicada.
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